El piloto local quedó fuera. El ganador del podio, no fue el campeón de la temporada y quien la ganó, quedó fuera de el. La lluvia se acercaba con un cielo obscuro. Todo estaba en contra de lo que podría poner al público en un ánimo de F1esta, pero esas reglas no aplican para el público mexicano que, por cuarto año consecutivo, entregó todo su ánimo para crear una postal magnífica al momento de la premiación.Niños ataviados de pies a cabeza con indumentos de su escudería favorita y adultos que volvieron a ser niños con el rugir de los motores. Personas de la tercera edad con la cara pintada de catrinas y bebés que se acercaban por primera vez al autmovilismo. En el Autódromo Hermanos Rodríguez nadie se quedó fuera.Con ojos de águila, los presentes seguían los movimientos en la pista. Cada despiste era motivo de suspiro. Los abandonos, en especial el de "Checo" Pérez, eran razón para lamentarse y cada rebase se celebró. Los pilotos lo reconocieron, los organizadores también. El corazón del Gran Premio de México son sus aficionados, por eso, al momento de la premiación se organizó una celebración que fue guiada por dos holandeses, el D.J. Armin van Buuren y el ganador de la carrera, Max Verstappen, que con una consola , fuegos pirotécnicos y confeti lograron poner en éxtasis a todos los presentes.La fiesta en el paddock fue de Hamilton que se coronó por quinta ocasión en la Fórmula Uno, pero la que hubo en la pista y en las tribunas fue, una vez más, de la gente. Al Gran Premio de México le queda aún un año de contrato con la FIA y aunque no se sabe si se renovará, sí se puede asegurar que las afición mexicana le ha dado su corazón a este evento que estará esperándolos el próximo año. RR
