A pesar de que el Ayuntamiento tapatío aseguró que reforzó la lucha contra el ambulantaje en el Centro, los vendedores hallaron otras vías para permanecer cerca de las principales calles.Uno de los cambios es alejarse momentáneamente. Cuando los inspectores llegan, se mueven unas cuadras y después regresan. Se les puede hallar en avenida Juárez, Pedro Moreno, Morelos, Colón e incluso en plaza Liberación, puntos que están dentro de la zona restringida.En un recorrido, se observó a dos hombres que ofertaban bolígrafos en el cruce de Juárez y 16 de Septiembre. Cuando notaron la presencia del personal del Gobierno de Guadalajara, cubrieron su mercancía con un pedazo de tela. Ninguna de las dos funcionarias de Inspección y Vigilancia, acompañadas de dos policías, se acercaron a apercibirlos.En el reglamento en la materia se establece que esta actividad en el primer cuadro de la ciudad está restringida. Para llevarla a cabo se debe contar con permiso. Hay 15 giros autorizados.El pasado 8 de julio, este medio de comunicación publicó que se entregaron 13 mil 546 actas de inspección a los vendedores sin autorización en lo que va de la actual administración.Todos los folios equivalieron a 33.8 millones de pesos (MDP), pero a las arcas sólo ingresaron 1.6 MDP.La plaza Liberación también se ha convertido en un punto de tolerancia para los vendedores ambulantes sin permiso, pues este medio ha contabilizado hasta 20 de ellos en ese punto durante los fines de semana.Ofertan en este lugar juguetes, peluches, raquetas contra zancudos, cargadores de teléfonos, globos y otros productos.Además, en zonas como el andador Colón incluso han acondicionado los puestos, algo que también está prohibido. Un vendedor tiene un exhibidor donde muestra bocinas de distintos tamaños mientras se escucha la música a alto volumen, a un lado de un carrito de supermercado lleno de frituras y a unos cuantos pasos de un puesto improvisado de dulces que estorba al salir de la estación del tren de Plaza Universidad.En junio pasado, este medio informó que la Dirección de Inspección y Vigilancia de Guadalajara reconoció que estaban rebasados.De acuerdo con el reglamento municipal, la mercancía que se ofrezca sin autorización debe asegurarse y entregarse hasta que paguen sus infracciones y, si luego de 15 días no han pagado, los productos se donan al DIF Guadalajara.Los ambulantes que sí tienen su autorización dejan hasta 1.8 MDP al año. En el Centro tapatío hay 180 comerciantes que tienen permiso para operar. Cada uno paga una cuota mensual de 851 pesos.
