Mezcala de la Asunción es un territorio a orillas del lago Chapala que se resiste a olvidar. Aquí habitan los cocas, una comunidad indígena que lo perdió todo, desde su lengua, usos, costumbres y hasta su vestimenta, ¿cómo saber quiénes son si su origen está borrado? Lo que permite que su cultura esté viva es el territorio. En 3 mil 600 hectáreas de tierra y agua en donde se abrazan dos islas (Pechilinique y Tlatequepeque), ahora quedan ruinas y la historia de habitantes que fueron saqueados por tlaxcaltecas y aztecas que los conquistadores traían. “Ellos acabaron con nuestro patrimonio”, comenta la historiadora Rocío Martínez Moreno.La pesca, los cultivos en las chayoteras y la milpa son parte de esas actividades que permiten que la cultura de los cocas esté viva y resiliente. Mientras vamos en una lancha surcando el lago de Chapala, Noel Contreras, historiador y guía de turistas de Mezcala, nos cuenta que es un territorio comunal, que ellos viven de la sardina nativa, la mojarrita llamada pinta, de la popocha, la cuerona, la tilapia, la carpa y los charales que comen frescos o fritos como parte del autoconsumo de la localidad.La lucha de la comunidad coca por Mezcala, su hogar, continúa, ya que las islas no están reconocidas como parte de las tierras comunales, además de que sus tierras siempre están en peligro de ser el terreno para la construcción de algún hotel o privatización de predios, aunque la ley marque lo contrario.Un festín para honrarlosCon la finalidad de recaudar fondos para una escuela comunitaria a favor de los adolescentes de Mezcala, se creó Tacuaro, una experiencia inmersiva en la cual se tuvo un festín de tres tiempos: el primero a la sombra de la chayotera con vista al lago y a las dos islas, para después tener un recorrido en lancha hacia las islas y conocer las edificaciones abandonadas que se fueron construyendo por el ejército liberal en tiempos de la Colonia y de donde, se presume, es originaria la imagen de la Virgen de San Juan de los Lagos.El tercer momento fue un convite de tequila, mezcal, café y comida colaborativa entre cocineros de Guadalajara, Oaxaca y Ciudad de México. Entre los locales estuvieron Maru Toledo, investigadora y cocinera tradicional; Fabián Delgado de Pa’l Real; Xrysw Ruelas y Óscar Segundo de Xocol; Nico Mejía de Mexía; así como las cocineras tradicionales Silvia y María González Moreno. Como chefs invitados Thalía Barrios, de Levadura de Olla (Oaxaca); y Carlos Téllez, de Lucio (CDMX) hicieron de las suyas con el menú de fiesta.Los fondos recaudados de este primer evento de Tacuaro será destinado para la construcción de la universidad de Mezcala, la cual ocupará un predio que durante 20 años fue tomado sin permiso de la comunidad coca.La oferta educativa estará abierta a quien tenga la inquietud de estudiar. Es “para las indígenas que más lo necesiten”, declara Vicente Paredes, vocero de la comunidad coca. Entre las profesiones que se podrán estudiar son: derecho, agroecología, pedagogía, antropología de la alimentación y hospitabilidad, comenta Martínez Moreno.Conoce este proyecto desde su cuenta de Instagram: @tacuaro_
