Viernes, 29 de Marzo 2024
Estilo | Gastronomía

La jericalla: El crème brulée mexicano

La jericalla es un clásico que nos distingue, aunque tiene similitudes con el flan y el crème brûlée, ¡conoce las diferencias!

Por: Aracely Aguilera

Sin duda, un clásico tapatío para endulzarnos el corazón / Especial: Oficina de Visitantes y Convenciones de Guadalajara

Sin duda, un clásico tapatío para endulzarnos el corazón / Especial: Oficina de Visitantes y Convenciones de Guadalajara

Este es uno de los postres consentidos por los tapatíos, es esencial por su sabor único pero aún hay quienes no logran identificar si sabe a flan, natilla o hasta incluso a crème brûlée, ya que comparten algunos de los ingredientes en su preparación. Pero para darte un panorama más claro, te vamos a presentar algunos de los orígenes o diferencias que hacen auténtico a este rico postre. 

Con un cuidadoso proceso de horneado a baño María, es como disfrutamos de esta creación / Especial: OVCG

Delicioso pasado

La jericalla es orgullosamente originaria de la Perla Tapatía y se remonta al siglo XVII, cuando las monjas del Hospicio Cabañas tuvieron la idea de hacer un postre nutritivo y que llamara la atención de los niños huérfanos que cuidaban. Entre los ingredientes eligieron leche, canela, azúcar, huevo y vainilla. Ellas fueron muy observadoras al notar una capa dorada y con toques tostados que daba un sabor particular, parecido a la natilla española, pero con una consistencia más ligera así que se convirtió rápidamente en el preferido de los tapatíos.

Las monjas que cuidaban a los niños del Hospicio Cabañas crearon este delicioso postre / Especial: OVCG

El flan es otro postre muy popular en México y en el mundo, que eran consumidos tanto dulces como salados desde la Edad Media. Tras la Conquista, la preparación del flan llegó a México, y aunque hay muchas variedades, la receta mexicana se elabora mezclando leche, huevo, azúcar y vainilla, con la particularidad de bañarse con un caramelo líquido.

Dale vida a tu mesa de postres y consiente a tus invitados / Especial: Kobby Mendez on Unsplash

Si se trata de crème brûlée, éste es un clásico de la repostería francesa que consiste en una crema dulce suave, que tiene en la superficie una fina capa de caramelo crujiente.

Aunque sus ingredientes son similares, el proceso es distinto al de la jericalla / Especial: Photo by Max Griss on Unsplash

Mágica combinación

Lo que tienen estos postres en común es que se elaboran con huevo, vainilla, azúcar y leche pero la diferencia está en su preparación, y algunos otros ingredientes que se convierten en la clave para darle ese toque distinto al que conocemos y que le dan su propia personalidad a cada uno.

El flan, por ejemplo, es una combinación de leche, azúcar y huevo, tanto de yemas como claras, pero el recipiente tiene caramelo sólido, preparado con azúcar que se va diluyendo al ponerse directo al fuego -un procedimiento que es sólo para expertos- al enfriarse ya se convierte en caramelo sólido, donde se pone la mezcla. Después de hornearse a baño María se desmolda y es ahí donde ocurre la magia de este caramelo dándole un color especial y sabor inigualables. En la parte superior queda una capa de color oscuro pero sin diferencia de consistencia en el resto del postre. Tienen una textura compacta, un poco espesa, pero a la vez gelatinosa.

Su base de caramelo lo hace único / Especial: Photo by Nha Van on Unsplash

Si se trata de la jericalla, sólo utiliza las yemas de huevo y canela. Para prepararlo se pone a hervir la leche con la canela, y la vainilla. Por otro lado se baten las yemas con el azúcar y al final se combina con la leche infusonada, para luego colar y hornear a baño María, quedando la superficie con una costra dorada. La textura se parece al flan, pero es más ligera. Este platillo se sirve con el mismo recipiente con el que se hornea, quedando perfecto en su forma y tamaño.

La base del crème brûlée se realiza con yema de huevo, crema espesa (crema para batir) o leche (en cuyo caso se agrega mantequilla), vainilla y azúcar. Se infusiona la crema con la vainilla y el azúcar a fuego lento y se deja enfriar. Luego, las yemas se mezclan con el azúcar y, posteriormente, se incorpora la crema. Se vierte en moldes individuales y se hornea a baño María, hasta conseguir consistencia similar a la gelatina, pero con un centro suave. La mezcla tiene que enfriarse, para luego poder cubrir la superficie con azúcar y poder caramelizarla aplicando fuego directo. La consistencia de la crema es parecida a la de la jericalla, pero su técnica es un poco más elaborada para conseguir la capa crujiente de del azúcar quemada, que aporta un contraste de textura.

¿Se te antoja? / Especial: Photo by J.luis Esquivel on Unsplash

Ahora ya lo sabes, aunque parecidos, cada uno de estos postres tiene sus diferencias y similitudes, pero ten la seguridad de que cualquiera de tus elecciones será un dulce momento. Lo que sí, el postre más típico que sigue conquistando a los mexicanos es la jericalla, pero ahora conoces un poco más de sus orígenes y preparación. 

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