Hacer de la comida mexicana un quehacer diario ha sido un reto para “Viva México”, restaurante que desde hace dos años comenzó a llamar la atención de los paladares en Nueva Zelanda, específicamente en la ciudad capital de Wellington, en donde Rodrigo Quirarte, Luis Guajardo y Edith Plata, están al frente de la cocina que trata de llevar el sabor tricolor con innovación y mucha tradición.La historia de estos tres compatriotas se mezcla entre la migración, el chile guajillo y el mezcal, elementos que han sido clave para lograr que Viva México realmente oferte un menú pensado en la nostalgia de los fogones tradicionales y retar al neozelandés o también conocido localmente como “kiwi”, quien se ha cautivado por los sabores y adaptaciones que estos cocineros proponen cada que el restaurante abre sus puertas.“Queríamos antagonizar con esto, la primera vez que aventamos ideas al menú, dijimos que queríamos crear un shock, romper esas preconcepciones de lo que es la comida mexicana. Todo lo empezamos a hacer desde cero en el restaurante”, explica esta dupla al recordar que una de las principales odiseas ha sido el conseguir los ingredientes que caracterizan a la comida mexicana autentica y de casa.Rodrigo (originario de Guadalajara) y el regiomontano Luis puntualizan que si bien en Nueva Zelanda existen diversos restaurantes mexicanos, la mayoría de los menús apuestan por platillos más parecidos a los texanos, por lo que ellos se animaron a sacar lo mejor de su memoria de sabor y adaptarse incluso a las tendencias y estilo de consumo que reinan en aquella parte del mundo, en donde lo orgánico y lo vegano son lo más procurado.“No solo es ofrecer la experiencia culinaria de lo que es la comida mexicana, también fue tropicalizar un poco, ajustarnos al mercado. Acá hay mucha cuestión orgánica, sustentable, vegana. Encontramos la forma de tomar clásicos de lo mexicano y hacerlos veganos, como una tinga de nopal, tenemos un taco de champiñones al ajillo, una yaca cocinada como cochinita pibil, tenemos picadillo de lentejas”, además de que Viva México es el único restaurante en Nueva Zelanda en ofrecer bebidas con cuatro de los destilados mexicanos que tienen denominación de origen como el tequila, mezcal, raicilla y sotol.“Empezamos a conseguir todo lo que pudiéramos, desde el achiote, chiles, fue una labor de búsqueda. Este menú está muy enfocado a que sea como una taquería callejera con los tacos que más nos representan, también metimos una cuestión tipo fonda, las flautas se nos venden como pan caliente”.El entusiasmo que Luis y Rodrigo tienen para seguir impulsando su restaurante no es por capricho y para muestra basta el reconocimiento que lograron en los “Felix Wellington Awards” al ser considerado el mejor restaurante de cocina étnica, galardón que se les otorgó por parte de los expertos de Nueva Zelanda de entre una amplia competencia con otros sabores y conceptos internacionales, además, recientemente fueron integrados al top 10 de la sección oficial del Dine Wellington por su platillo “WAHO-MOLEH”.“Los premios Felix son de la industria para la industria, es una palmada en el hombro, que saben lo qué se necesita para triunfar en esta industria, que estás haciendo un buen trabajo y te lo quieren reconocer. Estuvimos nominados en la categoría de restaurante étnico, lo impresionante es que en este país también de migrantes, el 90% de los restaurantes son considerados étnicos, y ganar fue algo grande”.Los retos y sorpresas no topan ahí, pues otro desafío que es constante es garantizar un buen sabor de boca a los turistas mexicanos que como residentes o viajeros temporales acuden a Viva México en busca de una experiencia idéntica a los sabores que bien conocen.“Hay momentos en que parecemos la embajada mexicana (risas), nos toca a ver a un montón de mexicanos, los que viven aquí y los que vienen de paso. Es curioso servir a los mexicanos, es un reto, el ‘kiwi’ llega y se sienta y le explicas el menú cuando no tienen idea, pero con los mexicanos es distinto, en especial con quienes llegan con mucha nostalgia, porque somos muy apasionados con nuestra cocina. Llegas a un restaurante mexicano y empiezas a imaginar que se te antoja y ya andas buscando esos chongos zamoranos de tu abuelita o ese pozole que hacía tu tía o los frijoles de los tacos, es muy divertido. Es la emoción de ver a tus paisanos”.JL
