Para muchos amantes de los animales, dormir con su perro es sinónimo de amor, compañía y descanso, sin embargo, detrás de este hábito tan común puede haber riesgos para la salud que pocas personas conocen.Aunque mantener una buena higiene en casa y tener a la mascota vacunada reduce peligros, dormir con el perro aumenta las probabilidades de contagiarse de pulgas, garrapatas y enfermedades zoonóticas (aquellas que se transmiten de animales a humanos).Las pulgas del perro (Ctenocephalides canis) y la pulga del gato (Ctenocephalides felis) —esta última, curiosamente, la más frecuente en los canes— pueden causar picaduras que provocan irritación, dermatitis, picazón e incluso anemia en los animales cuando la infestación es grave. Además, algunas pulgas actúan como transmisoras de enfermedades como la dipilidiosis o la bartonelosis.Entre los síntomas más comunes de infestación en los perros se encuentran el rascado constante, el mordisqueo del pelaje y la presencia de pequeñas manchas negras en la piel. Estas pulgas pueden saltar hasta 13 centímetros de altura y 48 hacia adelante, lo que les permite pasar fácilmente del perro a la cama… o a su dueño.En los humanos, las consecuencias no son menores: las picaduras pueden causar picazón intensa, molestias cutáneas y, en casos más serios, enfermedades como la rickettsiosis, la enfermedad del arañazo del gato o la dipilidiosis, esta última más frecuente en bebés y niños pequeños.Por eso, los especialistas recomiendan no compartir la cama con tu mascota si no está bajo control antipulgas, en caso de notar signos de infestación, es fundamental acudir al veterinario para aplicar un tratamiento antiparasitario adecuado y evitar que los parásitos se propaguen dentro del hogar.Dormir con tu perro puede ser una experiencia tierna y reconfortante, pero también puede convertirse en un riesgo si no se toman las medidas preventivas necesarias, mantener su salud —y la tuya— al día es la mejor forma de disfrutar de su compañía, dentro o fuera de la cama.NA