Volví hace unos días a Fogo de Chao churrasquería brasileña, este restaurante del que ya les había platicado en mi publicación #73 (esta es la #112), pero a diferencia de aquella vez en donde solamente hablé de su inigualable barra de ensaladas, ahora sí me fui como gorda en tobogán por el menú completo y quedé enamorado.Yo tenía la convicción de que saldría con indigestión de tanto comer, pero en realidad quedé muy a gusto con las porciones que comí, sin excederme. Les platico un poco de historia. En 1979 en la ciudad de Porto Alegre (Brasil), abrieron su primer restaurante. Pasaron ocho años para que abrieran su segundo restaurante, en esta ocasión en la ciudad de Sao Paulo, Brasil.Diez años después, inauguraron su primera ubicación en los Estados Unidos, Dallas, Texas. Hoy en día cuentan con 56 sucursales en siete países.Acudí con un grupo de buenos amigos que me acompañan a probar diferentes restaurantes, ninguno conocía el recinto y todos quedaron encantados y de ahí mis ganas de volver a escribir del lugar.Tienen cuatro menús regulares, el de ensaladas solamente $280, y del que escribí, hace unos meses, la brasileña $499 que incluye nueve cortes; tres de res, tres de pollo y tres de cerdo, la experiencia completa de 16 cortes; 11 de res, dos de cordero y tres de pollo y un último menú con cortes especializados, como tomahawk y porterhouse, de más de $1,000.De inicio, te reciben con un delicioso pan de queso de lo más bueno, calientito en un pequeño sartén de hierro; después, arranca un desfile de meseros con estas espadas con cortes de todo tipo. Te sirven una rebanadita de cada corte, claro puedes pedir las que quieras. Y opté siempre por la parte externa que es la doradita, que siento que aporta más sabor, aun así los términos de todos los cortes fueron al punto. Hubo lengüiza, que es este chorizo brasileño, picanhas, que tienen marinadas, naturales y de cerdo, no hay a cuál irle. La de cerdo es espectacular, es marinada en ajo y limón y tienen un gran sabor, nuevo para mí, creo que fue de mis favoritos Rib eye, sirloin, costilla de res y de cerdo, pero lo que siento que se llevó la tarde, y solo comí yo porque mis amigos ya estaban satisfechos, fue el cordero, y en realidad crucé esa pequeña bardita imaginaria que tengo, de gula y dije venga, así que me sirvieron solo un cuadrito de una carne muy limpia sin ningún sabor ni olor fuerte, más bien delicado y suave, que al combinar con la jalea de menta que la acompaña, hace que tu velocidad de masticado se vaya al mínimo para disfrutarlo.¡Sé feliz!ASISTELugar 5Comida 5Ambiente 4.5