Miércoles, 15 de Octubre 2025
México | AYER DECÍAMOS... POR CARLOS ENRIGUE

''Réquiem por Carlos Monsiváis''

Yo sí era muy amigo de él, pero él ni en el mundo me hacía, por eso podría decir que sólo éramos medio amigos

Por: EL INFORMADOR

Carlos Enrigue.  /

Carlos Enrigue. /

Monsiváis murió, y ése es un hecho irremediable hasta para él, que era el principal interesado en no hacerlo; se desgranaron elogios y homenajes, y el maestro, tan campante, ni se enteró; si lo hubiera hecho, cómo se hubiera burlado de ellos.

Yo sí era muy amigo de él, pero él ni en el mundo me hacía, por eso podría decir que sólo éramos medio amigos, ya nada más hubiéramos necesitado su voluntad para ser completamente amigos, cosa que nunca sucedió.

Además, me queda la pena de que durante muchos años uno de mis propósitos de año nuevo fue leer un libro de su autoría, y no lo he llevado a cabo.

Leía su Por mi madre bohemios, cuando lo publicaba en la revista Siempre.

Monsi, como era nominado por sus cuadernos, era un sujeto con una curiosidad innata por todo lo que sucedía, en los noventa se dio en esta Noble y Leal un movimiento “ por la libertad de educación” catalogada por los que clasifican como de derechas, recuerdo que hubo una marcha que concluía en el dos de copas y los organizadores echaban sus más convincentes arengas y uno de los asistentes, ubicado en la esquina sur poniente de la misma, estaba muy atento, nada menos que Carlos Monsiváis en vivo y a todo color, con dos amigos, uno de los cuales traía una barba como la que usaba Marx, claro que Carlos, no Groucho.

Lo que significó para mí que no tenía marcha aborrecida.
Era muy amable, cuestión que me consta, porque varias veces me lo encontré en la feria del libro, y como era mi amigo me dirigía a saludarlo efusivamente y preguntarle lo que preguntan los amigos, que cómo estaba, que si había engordado o enflacado, que qué bueno que había venido y amablemente contestaba lo conducente, pero en su rostro se veía que desde luego no tenía idea con quién hablaba, se veía en él la duda de quién sería el gordo que lo saludaba tan afectuosamente.

Otra vez, se iniciaba un diario en la ciudad y argumentaron que los voceadores no lo querían vender, yo pensé se trataba de un acto de mercadotecnia, porque muchos diarios lo han hecho así, al parecer era real, según me lo comunicó Paty Blue, quien anduvo por ahí, pero haiga sido como haiga sido, muchos escritores, activistas y otros sujetos interesados se lanzaron a venderlo en las calles y entre ellos desde luego que estaba Monsiváis, y me tocó la suerte de que yendo en mi auto por Hidalgo llegó a ofrecerme el diario y recibir mi pregunta que no contestó: Maestro ¡usted de esquirol!

Me gustaba oírlo hablar de cine, ya no lo haré.

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