Hay condiciones de trabajo esclavista

GUADALAJARA, JALISCO.- El maestro Ramón Gómez Zamudio del Centro de Estudios Ibéricos y Latinoamericanos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades ( CUCSH) de la Universidad de Guadalajara, opina que las autoridades tienen mucho que ver en casos como el del centro de rehabilitación Hospital Santo Tomás, “Los Elegidos de Dios”, donde 105 personas eran explotadas laboral y sexualmente (ver cronología). Esto evidencia, dijo, la falta de control que se tiene en México, pero no únicamente por parte de las instituciones que debieran estar supervisando y no sólo en materia de esclavitud, sino en muchos otros incidentes que han sucedido en el país.

Respecto a la migración interna, el investigador señala que los asuntos migratorios tienen básicamente como origen el medio rural. Existe una migración que nace del Sudeste del país que a lo largo de diversos circuitos entre los que está comprendido el Estado de Jalisco, así como algunos otros estados del Norte, da lugar a que de manera masiva, grupos de trabajadores, hombres, mujeres y niños, constantemente estén en la búsqueda de trabajo.

Las condiciones bajo las cuales están laborando muchos trabajadores, en las que reciben su pago, y bajo las cuales atiende necesidades como la alimentación y vivienda son muy parecidas a las del caso de los “Elegidos de Dios”, explicó.

Para Gómez Zamudio esta problemática tiene que ver con el trabajo, con la búsqueda de fuentes para subsistir, que da lugar a que los traten como verdaderos esclavos en lugar de trabajadores, pues al no encontrar ingresos medianamente justos para poderse alimentar, se ven obligados a  “venderse por 14 a 16 horas diarias”, empeñando su vida y la de su familia.   

También, agregó, hay que prestar atención a otro problema muy grave que tiene que ver no sólo con esta migración interna, sino con migrantes de Centroamérica que piensan atravesar México, para ellos la frontera no es un río, un cerco o un muro; para ellos la frontera es cruzar el país con todos estos controles en los que participan las autoridades municipales, estatales, el Ejército, agentes de migración, frecuentemente y de manera indebida policías particulares, además del papel insidioso entre las bandas de narcotraficantes y de traficantes de personas.

“Todos tenemos un conocido que perdió la vida al intentar cruzar el desierto, el río o que es objeto de abuso tanto de las policías mexicanas como estadounidenses”.

Sayula, un ejemplo

En el caso concreto de Jalisco, por el lado de Sayula, el experto refirió que hay una presencia importante de indígenas campesinos del Sur-Sureste, que vienen a la pizca del tomate y que viven en campamentos donde el contacto con el mundo exterior se limita a unas pocas horas a la semana.

Los niños que vienen con sus padres no tienen acceso a la educación y sobra decir que las condiciones bajo las que crecen, no dan lugar a que puedan formarse una familia de manera regular, dada esta situación de explotación y aislamientos en  sus lugares de trabajo.

“Ciertamente la esclavitud no es propia de las zonas rural, en pleno siglo XXI se vive en la misma urbe, donde la esclavitud no es en el sentido estricto de la palabra, ciertamente un esclavo de esta naturaleza, es aquel que está obligado literalmente a venderse”.