Miércoles, 01 de Mayo 2024
Jalisco | Misiva, por Guillermo Dellamary

Misiva

Cuando la gente se une, frena los inconvenientes al seguir los caminos adecuados y acordes a la ley

Por: EL INFORMADOR

El poder vecinal

Si bien es cierto que en las democracias la opinión y decisión de la gente es muy importante y poderosa, lo es más cuando se tiene la razón.
Los vecinos de Colomos Providencia reciben la noticia de que el casino que se iba a terminar de construir en la calle de Antofagasta y Avenida Patria, se cancela por lo pronto.

Como está sucediendo en muchas colonias, un grupo de vecinos, regularmente aguerridas señoras de mediana edad, toman cartas en el asunto para oponerse a todo cuanto les pueda afectar en su calidad de vida, especialmente ahora que está tan deteriorada por la ineficacia de muchas de nuestras autoridades, sea de cualquier partido.

En una notificación a los vecinos en cuestión, se les anuncia que el abogado de la Asociación de Colonos ha llevado ante el presidente municipal de Guadalajara la enérgica protesta para evitar que caminen estos negocios. La respuesta del presidente fue que durante su trienio no habrá más casinos, ni gasolineras, y menos si los habitantes los repudian. Y agrega la nota que el local que se viene renovando en Manuel Acuña y Av. Américas, como el de Antofagasta, podrán ser destinados a cualquier otro giro, pero no a CASINO.

Sin embargo, aclara que los inversionistas tienen el derecho a recurrir a la Ley Federal para ampararse contra su decisión.

Así que por el momento parece un triunfo muy temporal, hasta que el amparo sea conseguido por los inversionistas, lo cual puede suceder más temprano que tarde.

El poder de la gente tiene poco alcance y sobre todo está limitado por el poder de las leyes federales. Y muy poco se puede hacer una vez que se logra el amparo.
Vamos a estar muy al pendiente de cuál es el desenlace del asunto.

Al menos sí me queda una reflexión.

Cuando la gente se une, frena los inconvenientes al seguir los caminos adecuados y acordes a la ley. Pero su fuerza está limitada por muchos recursos que favorecen a las estructuras del poder. Y lo que la gente opine o exija, a las autoridades nos les importa.

En este caso, el presidente municipal juega las cartas con acierto, queda bien con sus gobernados y les pasa la bolita a las autoridades federales, donde él ya no puede meter las manos.

Los casinos, los bares, los llamados antros y muchas gasolineras suelen ser negocios de gente con mucho poder y dinero, que tampoco se van a quedar con los brazos cruzados, pues se pueden dar el lujo de pagar muy buenos despachos de abogados que harán todo lo posible para que las cosas resulten a su favor.

Felicidades a los luchadores sociales que defienden la calidad de vida de nuestras colonias, falta que las leyes y las autoridades se sumen al esfuerzo por hacer de nuestras vidas una oportunidad de defender los valores más elevados de la sociedad.

Se ha ganado una batalla, falta ganar la guerra, y eso está por verse.

Perder o ganar no es suficiente, hay que seguir la lucha.

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