Jueves, 25 de Abril 2024
Jalisco | Crimen organizado invade rutas migratorias, la del Pacífico la menos insegura

Migrantes sacrifican tiempo por seguridad

Crimen organizado invade rutas migratorias, la del Pacífico la menos insegura, pero la más larga

Por: EL INFORMADOR

Centroamericanos reclaman dejar de ser víctimas de actos violentos en su paso por México. A. GARCÍA  /

Centroamericanos reclaman dejar de ser víctimas de actos violentos en su paso por México. A. GARCÍA /

GUADALAJARA, JALISCO (23/MAY/2011).- José es originario de San Pedro, Guatemala. Tiene 27 años y dos hijas. Hace más de dos meses salió de su país para adentrarse en territorio mexicano y cruzar la frontera Norte para llegar a la tierra prometida, Estados Unidos, donde puede emplearse en el sector de los servicios, conseguir dinero, ahorrarlo y regresar más tarde a su tierra “con una camioneta y plata” para comprarse un terreno y fincar su casa. Ese el sueño que persigue José, la esperanza por la cual continúa su camino y se resiste a no mirar atrás. “Sí he querido regresar pero mis pequeñas son las que me impulsan a seguir pa’ lante”. José varias veces se ha arrepentido de seguir esta aventura de viajar en el tren, porque en ocasiones se ha convertido en una pesadilla, comenta.

Su esposa lo abandonó. Para emprender el viaje encargó a sus dos niñas con su abuela. “En Guatemala dejé a mis amigos, a mi familia, a mi tierra. Dejé todo”. Lo han asaltado, golpeado, la policía lo ha detenido y el cartel de Los Zetas lo intentó levantar para unirlo a sus filas. Pasó en dos localidades diferentes de lo que apenas lleva recorrido del país. La primera fue en el Estado de México y la segunda en Michoacán. Espera tener suerte y librarse de cualquier otra agresión mientras termina su paso por Jalisco y recorre el norte de México, donde los hechos de violencia se agravan.

La franja fronteriza Sur de México ha sido calificada como uno de los lugares más riesgosos para el cruce de migrantes debido a varios factores, pero principalmente a la presencia del crimen organizado y de bandas delincuenciales que han hecho negocio con la trata y el tráfico de migrantes, diagnostica  Margarita Garza, académica del ITESO y estudiosa de flujos migratorios en el mundo. Señala que los migrantes no sólo enfrentan la presencia de integrantes de “las Maras” y otros grupos del crimen organizado, que se han apoderado de las rutas ferroviarias del Golfo y del Sur de México, sino que afrontan también el toparse con delincuentes comunes que roban y amedrentan a los migrantes a lo largo del territorio mexicano.

Además de la delincuencia organizada hay otro factor que vulnera el paso de migrantes por México, “la corrupción en las policías e incluso de los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), quienes no sólo no cumplen con su deber sino que se han corrompido al grado de entregar a los migrantes centroamericanos en manos de Los Zetas que los secuestran, extorsionan a sus familias, o los asesinan, como sucedió en San Fernando Tamaulipas”, agrega Garza.

Originario de Suchiate, Chiapas, Jorge Luis, de 32 años, también decidió cruzar el país a bordo del tren de carga. “Vengo conociendo la vida del migrante centroamericano. Voy con la esperanza y la misericordia de Dios para alcanzar una meta que tengo, por eso vengo sufriendo”, comenta. Piensa cruzar la frontera por el lado de Mexicali, por eso decidió viajar por la ruta que sigue el tren en el Occidente de México. Además, dice, ésta es más segura que la ruta del Pacífico o la del Centro, “por Tamaulipas no se puede viajar por Los Zetas. Por acá (Guadalajara) está más calmado”.

Jorge Luis, al igual que José, fue víctima de un atraco de este grupo de narcotráfico y trata de personas. Relata que en la comunidad de Lechería, en el Estado de México, se bajaron del tren varios migrantes a descansar. Al atardecer llegaron a exceso de velocidad varias camionetas color negro con vidrios polarizados. De sus autos salieron y apuntaron sus armas contra los migrantes, “tuve que irme de ahí. Los Zetas querían secuestrar al que agarraban. De ahí tomé el tren hasta Irapuato, pero los federales nos bajaron y nos echaron para las carreteras en Celaya. Los policías estaban armados, dicen que nosotros robamos la mercancía del tren”. Jorge Luis lo niega rotundamente.

Estos dos migrantes relatan que la policía los ha asaltado. Platican que a uno de los migrantes le dieron un balazo en la frente en una de las redadas de narcotraficantes. Aseguran que los miembros de este grupo delictivo operan con vestimentas del Gobierno, del Ejército Mexicano o de la Procuraduría General de la República.

“Llegaron y nos aventamos al suelo. Un chavillo quiso correr y ellos (Los Zetas) le dieron un balazo. Querían que trabajáramos para ellos. Sí me dio miedo ver a esos hombres armados. Y qué tal si llegan y disparan. La familia se queda esperándolo a uno, y uno a lo mejor ya no vuelve”, manifiesta Jorge Luis.

En Guadalajara han recibido agresiones por parte de los vecinos por donde pasa el tren, como En las Juntas, El Álamo y a la altura de de San Juan de Ocotán, “los cholos que andan por ahí nos avientan piedras o nos echan bronca”, afirma Jorge Luis.

“Son difíciles de explicar y sobre todo de recordar”, así califica José los actos de violencia de los que ha sido testigo en el camino, como cuando un grupo de “cholos” se subió al tren para violar a una mujer, como ella puso resistencia y los golpeó, en venganza la aventaron del tren. En este corredor una de cada diez personas que transitan son mujeres. “La mitad de las mujeres que pasan por México se quedan en el camino, algunas son víctimas de la trata de personas, otras se quedan a trabajar como empleadas domésticas o en el comercio sexual forzado”, asegura Jorge Rocha, académico del ITESO. 

Jorge Luis no se confía, viaja alerta en el tren. Le contaron que si pasaba por la noche en Querétaro lo podían asaltar, al igual que en Guanajuato. Pasó y la libró, no le tocó que alguien le hiciera algo, pero sí vio llenos de cruces esos lugares por los que pasó el tren, donde dicen que “no se puede pasar la noche porque al día siguiente amaneces muerto. Me contaron que a varias personas las han encontrado muertas con el cráneo destrozado, porque en la noche les dejan caer una piedra en la cabeza. Se ve feo, se ve macabro ese lugar”.

José y Jorge Luis aseguran que los migrantes no sólo son víctimas de agresiones en poblados alejados de las urbes, sino también reciben malos tratos en las ciudades mismas. Le tocó ver cómo el conductor de una camioneta golpeó a un migrante hondureño que estaba “pidiendo para un taco” en la esquina de la Avenida Inglaterra y Periférico. “Yo soy mexicano y jamás haría eso a nadie. Somos humanos”.

Luego de que han estado a punto de perder la vida al ser atrapados por las garras de “la bestia”, como le llaman al tren, de escapar de delincuentes y de saber que tendrán que pasar con hambre varios días en el desierto, continúan su viaje, dicen, confiados en Dios para llegar hasta los Estados Unidos, donde les han dicho que se vive mucho mejor que en sus países.

Falta apoyo oficial

Sin programa para proteger a extranjeros y nacionales


Este diario solicitó una entrevista con el delegado regional  del Instituto Nacional de Migración (INM), sin embargo, personal de la oficina en Guadalajara de dicha dependencia informó que debido a los recientes hechos violentos en contra de migrantes centroamericanos, las autoridades federales del INM han girado la instrucción de no dar algún tipo de pronunciamiento a los medios de comunicación.

No obstante, personal de la Delegación Jalisco del INM afirmó vía telefónica que hasta el momento no han implementado un programa formal y directo para brindar ayuda a los migrantes centroamericanos y nacionales, que hacen un alto en Guadalajara y se refugian en los alrededores de las vías del tren en Avenida Inglaterra, para después continuar su camino hacia el norte del país, por la llamada ruta Occidente, la cual atraviesa otros municipios del Estado. Esto se debe a que el número de migrantes que pasan por esta ciudad aún no es tan alto como los que transitan por la ruta  del Pacífico o por la ruta del Centro del país.

También notificaron que actualmente no se tiene ningún reporte de quejas o denuncias levantadas por migrantes internacionales, pero que la labor de repatriación voluntaria es una tarea que se atiende en la Delegación Jalisco a quien lo solicite, además de brindarles comida, alimentos y vestido durante su estancia en la dependencia y el regreso a sus países.

Según estadísticas del INM en el primer trimestre de 2011, de Jalisco se han repatriado a 34 personas, a sus países de origen en Centroamérica y se ha devuelto a cinco personas menores de edad.

El dato

El pasado 17 de mayo autoridades mexicanas descubrieron a 513 migrantes que viajaban en condiciones infrahumanas en dos tráileres, cuando transitaban por una carretera en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. La mayoría eran centroamericanos pero también había de países como Nepal, India, Japón y China.



Podría aumentar el paso de niños y adolescentes en la ZMG

Persiguen sus sueños


Los migrantes son un sector de personas vulnerables en el país. Durante su recorrido en México las mujeres son víctimas de prostitución o de trata de personas, mientas que los niños son obligados a prostituirse, a unirse a grupos de la delincuencia organizada para cruzar droga, ser  utilizados como coyotes o hasta para secuestrar personas, y si se niegan a hacerlo el castigo es la muerte.

Hombres entre 15 y 50 años es el universo al que se atiende en el Centro de Ayuda al Migrante (CAM), sobre todo al sector de 20 a 35 años. Pero también han llegado al CAM mujeres y hombres adolescentes, “no es un caso aislado el de un adolescente de entre 13 y 16 años, me parece más recurrente esos casos que el paso de mujeres”, afirma Fernando Valencia, de acuerdo al trabajo que hace en el CAM de FM4 Paso Libre. Por lo que se cree que el paso de niños y adolescentes podría tener un repunte en la ruta Occidente.

El investigador del tema migratorio, Eduardo González, afirma que la migración infantil ha crecido y que incluso hay niños que cruzan la frontera sur sin compañía, para más adelante unirse a los demás migrantes que conocen en el camino, “en Chiapas me encontré dos niños migrando completamente solos, de 12 y 14 años. En la ruta Occidente también ya se están dando casos”, asevera.

Pero ese aún no es un fenómeno tan visible porque el impacto es “menor”, así lo califica Eduardo González, ya que a diferencia de otros puntos del país, en Guadalajara y su zona conurbada los migrantes no se quedan en la ciudad, aunado a que las autoridades no les brindan atención y a la falta de “visibilidad” por parte de los ciudadanos locales. Por otro lado el especialista menciona que la migración que sí impacta a la ciudad es la de personas indígenas que se desplazan a Guadalajara,  de otros puntos del Estado y del país, para emplearse, pero no por eso el fenómeno de migrantes extranjeros es un tema que debe ser menospreciado, tanto por autoridades y ciudadanos.

Salvador apenas tiene 18 años y decidió salir hace 15 días de la ciudad de Cofradía, en  Honduras, debido la pobreza en la que vivía, asegura. Las fuentes de empleo para el él nunca han sido seguras. Un día lo contratan, empieza agarrarle el ritmo al trabajo y cuando menos se lo imagina le dicen que la chamba se acabó. Sus fuerzas se concentraban en el campo, donde sembraba maíz y frijol, ahora dice que cuando llegue a Estados Unidos podría hacerla de jardinero, lavaplatos, mesero o “de lo que salga”.

Chava, cómo le dicen en su casa, lleva la esperanza de regresar a su tierra con el suficiente dinero ahorrado para comprarse una camioneta, un pedazo de tierra en el que pueda seguir la siembra y un terreno para construir su casa y dejárselas a sus hijos cuando muera. Su anhelo es trabajar y recibir una buena paga para poder ayudar a sus papás, a su hermana y a sus cinco hermanos, “si uno se queda con los brazos cruzados no pasa nada”, comenta mientras junta los dedos de sus manos y al fondo se escucha el pitido de un tren que pasa. Espera que cuando llegue a Tijuana sus primos que están en Houston, Texas, vayan por él para ayudarlo a cruzar “pal otro lado”.

Para Margarita Garza, académica del ITESO, la homogenización cultural, efecto de la globalización, difunde de la mano de productos culturales como el cine, la televisión, el internet, la música y otros; “una forma de vida, un anhelo de futuro y  una necesidad de consumo. El consumismo genera sueños muy similares en la población, pero existe una desigual posibilidad de consumo”.

Para saber

La Nueva Ley de Migración, aprobada el pasado 30 de abril por la cámara de diputados, incluye el respeto irrestricto de los derechos humanos de los migrantes, nacionales y extranjeros, sea cual fuere su origen, nacionalidad, género, etnia, edad y situación migratoria.

La norma advierte que en ningún caso una situación migratoria irregular constituirá por sí misma la comisión de un delito, ni se prejuzgará la comisión de ilícitos por parte de un migrante por el hecho de encontrarse en condición no documentada.

El estudio “Informe especial sobre los casos de secuestro contra migrantes en territorio mexicano”, elaborado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), reveló que en los primeros seis meses del 2010 unas mil 267 personas fueron víctimas del flagelo.

Lugares de ayuda para los migrantes en la ciudad

Al menos hay siete sitios donde asisten a los viajeros del tren de carga En México existe una red de 49 albergues y 10 casas para migrantes

Vecinos de la colonia El Álamo

Centro de Ayuda al Migrante de FM4 Paso Libre, en Av. Inglaterra 280-B Bis

Parroquia Santa Filomena, en la colonia Morelos

Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, en la colonia Del Fresno

Parroquia San Jorge Mártir, en la colonia Vallarta San Jorge

Parroquia Santa María de Guadalupe, en la colonia Jardines Vallarta

Grupo de mujeres Bizantinas, en La Venta del Astillero

Ayudan a indocumentados hacer su paso más humano

Crónica


Sábado por la tarde. La única forma de cubrirse de los intensos rayos del Sol es ponerse debajo de un frondoso árbol. De una de sus ramas cuelga un par de tenis morados y unos zapatos negros. A Rafael, originario de Honduras, no le importa que su piel se siga quemando, el calor que hace ni el sudor que éste le provoca. Quiere comer, tomar agua y darse un baño. Él está formado en el comienzo de la fila para ser el primero en pasar al Centro de Ayuda al Migrante (CAM) que puso en marcha la organización sin fines de lucro FM4 Paso Libre. Detrás de él están otros 15 migrantes con los que se ha acompañado en su andar por México.

“Aquí es el comedor del migrante. Abrimos a las 16:00 horas”, es la frase que los hizo esperar más de tres horas sentados en la banqueta. El grupo de migrantes caminaba por la calle Inglaterra y al pasar por la finca 280-B Bis, leyeron las letras negras que estaban sobre la pared blanca. Todos estaban esperanzados de recibir un poco de comida.

El número 13 en la fila es Aldo Ramírez, de 27 años. Viste pantalón, zapatos color café, una chamarra y una cobija pequeña con la que se cubre la cara para evitar que el Sol le siga quemando la piel. Hace 28 días dejó su casa, su esposa e hijos y demás familiares en Guatemala para emprender un viaje de más de tres mil 500 kilómetros abordo del ferrocarril. Su destino final es alguna ciudad de Estados Unidos. Todavía no tiene claro en cuál urbe de la Unión Americana se quiere quedar a trabajar, más bien piensa permanecer en donde pueda agarrar una “chamba”.

“Pásale, pásale. Ándale sin miedo”, le dice el voluntario Alejandro González a Aldo. Los migrantes pasan uno por uno al CAM para responder un par de preguntas, como su nombre, origen, edad, entre otros datos que le ayudan a dicha organización a tener un registro para fines estadísticos. Se les explica que la ayuda que recibirán consiste en comida, baños, lavaderos, área de descanso y un cambio completo de ropa que ellos mismos escogen. A veces las preguntas son insuficientes y demasiado lo que el migrante tiene que decir, “algunos migrantes llegan con una gran necesidad de escucha y se desahogan aquí”, comenta Fernando Valencia, voluntario de FM4 Paso Libre.

Algunos prefieren comer antes que estar debajo de la regadera. Otros no aguantan el calor y mejor caminan directo a los baños, mientras que unos cuantos empiezan a desvestirse, ponen su ropa en el lavadero, le echan agua, jabón y empiezan a tallar. Tacos de barbacoa, arroz, birote y salsas con chile son parte del menú del día. Unos comen aprisa, otros lo hacen más lento, pero a todo se les nota un brillo en sus ojos que refleja el gusto por la comida, la saborean como uno de los platillos más exquisitos, aquí se vale repetir plato y sin algún cargo, al igual que el agua. 

Cesar tiene hinchados los pies de tanto caminar. La suela de los tenis que trae ya no alcanza a proteger la planta de su pie de lo caliente del suelo. Se le llenó de ampollas, hace tres días se le empezaban a desaparecer cuando ya salían otras. Zaira, una de las voluntarias, arrima los remedios que ella misma preparó para curarles las quemaduras de sol y demás heridas. Se acerca a ellos y les explica cómo aplicarse los ungüentos y para qué sirven. La miran con un gesto de alivio, como si se tratara de un médico, cuando simplemente le gusta intercambiar su ayuda por una sonrisa.

Carlos se viste con tenis negros, pantalón de mezclilla del mismo color al igual que una camisa oscura con rayas plateadas, arriba de ésta se pone un chaleco negro. A la mujer que limpia la cocina le luce su atuendo, “mira pero si parece que vas a ir a una fiesta. Quedaste listo para el baile, ¿dónde va a ser?”, le dice y él sonriente responde en silencio, toma el último trago a su vaso de agua y se despide.
Todos, sus ahora amigos, ya están afuera del CAM, sentados otra vez en la banqueta, esperando a que den las 20:30 horas para que en cuanto escuchen que viene el tren se acerquen a las vías y brinquen para treparse a “la bestia”, y así continuar su sueño hacia el Norte de México y el Sur de Estados Unidos.

“La migración está rompiendo y reconfigurando las fronteras como estrategia de supervivencia. Si la migración es un fenómeno económico y social que se genera por las enormes diferencias de desarrollo entre el norte y el sur, pues se deben de establecer mecanismos para que los migrantes se muevan en mejores condiciones. Si no podemos detener estos flujos, al menos se debe procurar que sea más humana, y así evitar las centenares de muertos que anualmente deja la migración ilegal”, concluye el académico Eduardo González, experto en el fenómeno migratorio.

En Guadalajara el tema migratorio todavía no tiene tanta fuerza como en otros lugares, en parte porque la ciudad es muy grande a diferencia de ciudades como Saltillo, donde la migración es un tema recurrente, además de que es una ciudad más al norte. “Esta es una realidad que no nos debe ser indiferente, porque pasa en nuestra ciudad, porque es un ser humano como yo. Creo que todavía es poca gente la que le da importancia al tema”, agrega Fernando Valencia.

El Centro de Ayuda al Migrante de la organización FM4 Paso Libre brinda atención todos los días de la semana de 16:00 a 19:00 horas y está abierto a la cooperación de nuevos voluntarios. Actualmente colaboran 29 personas.

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