López Mateos, una frontera para los peatones

TLAJOMULCO DE ZUÑIGA, JALISCO (25/SEP/2012).- Parece una broma pero reírse podría sonar a insulto. En la avenida López Mateos, entre Ciudad Bugambilias y el acueducto de San Agustín, hay siete puentes peatonales repartidos en ocho mil 600 metros lineales. De verdad, no es broma. Es más, Laura Castellanos Pérez, residente de la colonia El Campanario, tiene que abordar un camión, a la salida de su casa, para llegar al siguiente puente peatonal y cruzar la avenida convertida en la carretera Guadalajara-Colima.

"Aquí no tienes de otra... o te la avientas a la ¡Viva México! o te jodes y le caminas", dice la vecina de esta colonia zapopana, una de las zonas más afectadas por una frontera que se construyó con el tiempo, producto de la combinación entre urbanización y la preferencia gubernamental por hacer vías rápidas para los automotores.

"Poco a poco la avenida se fue haciendo más y más ancha. Ahora tenemos cinco o seis años viviendo frente a una carretera". Los únicos puentes peatonales contiguos de la zona se localizan entre Ciudad Bugambilias y una plaza comercial después del Fraccionamiento El Palomar; es decir, dos kilómetros de frontera imaginaria integrada por ocho carriles, cuatro de cada lado, y un muro de contención que lo único que no es capaz de detener el miedo para cruzar.

"Hace como año y medio que pusieron la parada de camión enfrente. Hay mucha gente que se baja del camión y se la avienta así... y causa muchos conflictos. Por no atropellarlos, se dan el amarron (frenan) y se arman carambolas (de choques). Apenas la semana pasada me tocó ver una", dice César López Salazar, un mecánico eléctrico que vive por la zona.

El dilema de caminar

"Aquí afuera de mi negocio me tocó ver todo. Ahí mero, donde estabas parado. Duro y dale que estaba el muchacho, y la señora grite y grite. Le estaba dando de piedradas (sic). Hasta que salimos a ver qué pasaba. Él decía que era su mujer, y por eso le estaba pegando. Pero nada... le hablamos a la patrulla y lo que pasaba es que la estaba asaltando". Esta historia la cuenta Isabel Hernández, una mujer que rebasa los 50 años y que cierra la mandíbula de coraje por la omisión de las autoridades ante la falta de infraestructura peatonal.

"Aquí es un peligro caminar... en la noche te tienes que andar cuidando de todos porque ni alumbrado hay pa´ las banquetas, nomás para los carros"

¿Y de día, cómo es la zona?- se le pregunta

"Pues así, mira. Gente esperando cruzar a la brava". Y ahí van, unos peatones que acaban de bajar de un camión que venía de Tlajomulco, ahora están esperando los breves segundos que necesitan para jugar una carrera con la suerte. Como en la frontera con Estados Unidos, si las piernas les fallan, si se falsean, si se cansan, si dan un paso en falso, si la suerte no está de su lado en esta avenida de la Zona Metropolitana de Guadalajara, ellos seguramente no llegarán a casa.

Para Saber

A partir de un sondeo en las redes sociales de ésta casa editorial, con la finalidad de conocer los cruceros más peligrosos para los peatones, los lectores eligieron como uno de los puntos más riesgosos dicha carretera.

EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA