La zona rosa de Guadalajara se convierte en zona roja: Vecinos

GUADALAJARA, JALISCO (20/SEP/2012).- Si marca al 3825 1893 se llevará una sorpresa: nadie contesta. En varias ocasiones este diario marcó al número de emergencia que se encuentra pintado en el módulo de policía, que está ubicado en la Plazoleta Libertad, sin obtener respuesta.

El teléfono timbra y vuelve a timbrar y siguen sin contestar. Y así ha estado desde hace tiempo, cuenta Coral Arroyo, quien en menos de dos años ha sufrido del robo de autopartes. Cuando este medio acudió al lugar lo encontró cerrado, con las bardas llenas de grafiti.

César es un "viene viene" que cuida carros en la calle de Marsella. Cobra 20 pesos por lavarlos y "lo que me quiera dar la gente" por cuidarlos. Llega a las seis de la mañana y se retira a las ocho de la noche. "Después de esa hora es cuando hay más robos. Muy en la noche, pero principalmente entre semana".

Pedro de León, un vigilante con 23 años de experiencia en cuidar un edificio de la zona rosa de la ciudad y quien además es vecino de la colonia Americana, cuenta cómo ha sido el cambio que se ha venido desarrollando en la zona: "Bares y cafés siempre ha habido, pero tiene cuatro años que los robos  a personas y en los carros empezaron con mucha fuerza, ahora ya no hay control, en cualquier chico rato te dan un cristalazo y se llevan lo que traigas".

Y uno entiende de lo que habla. El módulo de policía está cerrado y los baños públicos que hay son de acceso restringido. Los "viene viene" de la calle Libertad "cuidan" la zonas con más afluencia, pero hay calles donde el olvido es evidente. Los carros de los oficinistas son presa fácil de los delincuentes.

En la calles Emerton y Colonias perpendiculares a la avenida Hidalgo, los carros se estacionan sobre las banquetas. La historia se repite en Marsella, entre La Paz y Vallarta.

Las banquetas son un desastre en algunas zonas. Las que se arreglaron apenas en 2008 ya tienen mosaicos quebrados. El andador de Chapultepec también tiene muestras de las obras mal ejecutadas. Hay un descuido generalizado de la zona, que dice Pedro "se ha convertido de la zona rosa, a la zona roja".

EL INFORMADOR / OMAR GARCÍA