Jueves, 09 de Octubre 2025
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

La piratería es cultura

Mientras a la piratería a secas se le persigue con celo, a la erudita casi se le aplaude

Por: EL INFORMADOR

La piratería es un delito, pero como todo en este país, hay de delitos a delitos, y de delincuentes a delincuentes.

Si hay “narcos bien” y “narcos nacos”; ladrones de cuello blanco y de camiseta raída; entrañables hombres de negocios y vulgares funcionarios corruptos, también hay piratería “buena” y piratería “mala”. Sobra decir que si alguien cae a la cárcel es siempre de los segundos: los primeros, los narcos bien, los ladrones de cuello blanco y los hombres de negocios que esquilman el erario, conviven en otra parte.

Pues bien, en la piratería también hay niveles. Y si estamos de acuerdo con que no es lo mismo Tepito que la UNAM, estaremos de acuerdo con que cuando se habla de piratería hay que dejar muy claro de qué se tarta, es decir hay que tener una tipología mínima para separar bacines de jarros. Piratería Erudita: No es lo mismo comprar en piratería Toy Story III, El Regreso del Jedi, que el último video de la saga de Foucault en la Sorbona.

Sobra decir que no es el mismo precio, lo especializado de material implica costos, pero hoy en día se puede conseguir cualquier material académico o película de culto, desde el más simple hasta el más especializado y erudito, todo en piratería.

Mientras a la piratería a secas se le persigue con celo, a la erudita casi se le aplaude. Piratería con valores: En los mercados de los pueblos o en Expo Biblia (acaba de pasar en Guadalajara ese magno evento) circulan todo tipo de videos de pláticas motivacionales, películas relacionadas con la Biblia, peroratas televisivas de pastores iluminados y música cristiana, sin que nadie las persiga. Me queda claro que a quien las emite, poco le importa el pago de derechos: ganan más con un converso que con 10 por ciento de la venta. No deja de ser delito, pero es un “delito con valores”.

Piratería nacionalista: Los tepiteños dejaron claro que eran gente cabal cuando en una arranque de buena voluntad, declararon que la película Rudo y Cursi, de Gael García y Diego Luna, no estaría disponible en versión pirata por respeto a la producción de cine nacional. Aunque está claro que ese apoyo de Tepito es más importante, al menos en dinero, que lo que pueda aportar Imcine, los tepiteños se reservan el derecho de decir a cuál cine nacional apoyan y cuál no. Es el mismo trato discrecional que Conaculta, pero sin los laberintos burocráticos del Gobierno. La piratería es ágil por definición.

Piratería folclórica: En San Diego, California, hay un supermercado en un conocido mall del Sur de la ciudad en el que se encuentra todo tipo de artículos mexicanos: comida, enseres domésticos, artesanías y películas pirata. Lo que más atrae al público estadounidense ya no es la comida ni la artesanía, son las películas pirata a las que ven no como una oportunidad de comprar barato, sino como un elemento del folclore mexicano. No cabe duda que la piratería, más allá de un delito, es sobre todo, cultura.

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