La hora de la política

Más allá de la grilla, la salida de Herbert Taylor del gabinete tiene otras implicaciones que tienen más que ver con el Estado y no sólo con el devenir de los grillos que, salvo que todos pretenden gobernarnos (lo cual es ya en sí un tragedia) lo que les pase o no es poco importante para el común de los mortales. Pero la salida de Taylor del gabinete implica también cerrar la oficina de Innovación, es decir la que manejaba los proyectos. La primera interpretación es que Herbert tenía en el Gobierno de Emilio una peso tal, que se creó un institución a su medida; pero además significa que el Gobierno de Emilio entró en proceso de aterrizaje.

Emilio cerró la oficina que hacía los proyectos. La segunda parte del gobierno estará dedicada fundamentalmente a dos cosas: a concretar lo que ya se planeó y a preparar la sucesión. Si bien suena lógico que la etapa de cierre sea sólo de concreción y no de más planeación, desde el punto de vista de los que vivimos la ciudad y el Estado, la vida no se hace en sexenios y uno esperaría que los gobiernos siguieran generando los proyectos que el Estado necesita, independientemente de los años electorales. Pero eso no es así y al parecer, seguimos muy lejos de que sea de otro modo; como sociedad seguimos atrapados en los tiempos de los políticos, que son los tiempos electorales.

Al parecer, la propuesta del Gobierno en términos de grandes proyectos son tres: BRT, Centro Logístico, desarrollo de la Costa y Vía Express.
El BRT o Macrobús sigue atoradísimo. Los alcaldes están convencidos de que no hacerlo es mejor para ellos, aunque no lo sea para la ciudad. El Centro Logístico va a salir y el desarrollo de la Costa también. La Vía Express, por el contrario, está apenas entrando en proceso de politización, es decir que va a la trituradora. No hay tiempo, dinero ni energía para ningún otro macroproyecto.

Por ahí podrá salir alguna otra idea de una secretaría u ocurrencia, pero para efectos prácticos las propuestas que están, son las que serán.
El otro tema que comienza ya de forma fuerte es la sucesión. Si bien es un tema en que el gobernador está metido desde el primer año, la etapa real de este proceso son los próximos 18 meses. El gabinete se va a descomponer o al menos, va a moverse. Vamos a ver cómo se conformarán grupos al interior y un golpeteo interno que irá creciendo de leve a sabroso en cuestión de semanas, con posibilidades serias de descomposición del grupo.

Lo que sigue para el Gobierno de Emilio es la hora de la política.