Viernes, 10 de Octubre 2025
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Huertos Urbanos

No tengo duda de que en 25 años las calles serán más angostas y los espacios verdes mayores. El problema es ahora

Por: EL INFORMADOR

La mayor parte del espacio público de una ciudad son las calles; a nada destinamos tanto espacio como a los automóviles. A estas alturas del partido ni siquiera nos cuestionamos cómo llegamos a este punto, simplemente asumimos que así es: el espacio público es para los automóviles y si queda algo lo destinamos a banquetas, parques o lugares de esparcimiento. A pesar de que la mayor parte de los trayectos se siguen haciendo a pie, cuando a alguien se le ocurre que hay que ampliar las banquetas en detrimento del arroyo de los automóviles, lo mínimo que recibe el autor de la iniciativa es una buena chifliza y un maternal recordatorio de Día de la Madre.

Pelearle espacio al auto es una batalla que no será fácil de ganar. No tengo duda de que en 25 años las calles serán más angostas y los espacios verdes mayores. El problema es ahora: ¿qué podemos hacer hoy para ganar espacio verde? La respuesta son los huertos urbanos; convertir patios y azoteas en espacio de producción de alimentos. Decía Gabriel Zaid, el pensador mexicano mas importante (y prudente) de los últimos años, que el problema de este país es que hemos transitado de un modelo en que cada casa era una unidad de producción a un modelo donde cada casa es una unidad de consumo. Antes, cada casa era un taller, hoy cada cada casa es una unidad familiar que con suerte, recibe cinco salarios mínimos y la totalidad del ingreso se dedica al consumo de bienes. Pero, ¿qué pasaría si cada patio, cada azotea, lo dedicáramos a la producción de alimentos?

Las azoteas verdes son ya una realidad en muchas ciudades del mundo, pero si además de hacerlas verdes, las hacemos productivas, el costo de los alimentos bajaría radicalmente. Un huerto de 500 metros cuadrados produce todo el alimento vegetal necesario para una familia de siete personas durante todo el año. Pero en la ciudad del siglo XXI nadie tiene cinco hijos y menos 500 metros cuadrados para destinarlos a la producción de alimentos. Lo que si tenemos es una patio o una pequeña azotea de 50 metros donde podemos producir, si no la totalidad de alimentos, sí una buena parte de los vegetales que requiere una familia. Si pensamos además en todos los lotes baldíos que hay en una ciudad, muchos de ellos propiedad de los ayuntamientos, podríamos producir alimentos suficientes (y oxígeno) para alimentar a una gran cantidad de personas que hoy dependen de la caridad. El huerto urbano es una salida para producir oxígeno y alimento.

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