Ciudad abandonada

Mientras los gobiernos se pelean por ver quién tiene las mejores ocurrencias o los mejores megaproyectos, la ciudad sigue a la deriva.

Hoy ya nadie habla del Macrobús, y ojala signifique que le están quitando reflectores y por ende, presión política. Hoy nadie habla de Tren Ligero, porque a los alcaldes ya les dijeron en la Cámara, con todas su letras, que no hay dinero para Tren Ligero en Guadalajara en los próximos años. Hoy nadie habla de proyecto de ciudad. El juego se llama 2012 y no los Juegos de 2011, y todo gira alrededor de esa fecha fatal en la que, otra vez, los ciudadanos tendremos que elegir entre lo que los partidos políticos propongan.

¿Cuáles son los grandes proyectos de los alcaldes metropolitanos? No está para nada claro. El hecho de que sean del mismo partido, ahora del PRI, antes del PAN, no sirve para nada, pues la visión de coto sigue vigente en la estructura mental de las presidencias municipales.

El gran “logro” de las administraciones anteriores fue la unificación del diseño de las patrullas para que, si no lo eran, por lo menos parecieran una sola policía, y que salir de un municipio y entrar a otro no fuera sino lo que es, cruzar una calle. Hasta a eso tan banal y pequeño le dieron para atrás para que cada municipio pinte otra vez las patrullas como quieran en una especie de concurso folclórico (Zapopan va ganando en el concurso de fosforilocas). El asunto puede parecer insignificante, pero más bien es una muestra de que ni en eso estamos logrando acuerdos.

Las ciudades no se pueden gobernar por encuestas. Las famosas tracking polls son herramientas indispensables para las elecciones, pues los candidatos trabajan día a día, voto por voto, en un objetivo inmediato que es la elección; un solo evento, un solo día y ganas o pierdes, punto. Gobernar es otra cosa. Para ponerlo barato digamos que gobernar es tomar las mejores decisiones con recursos escasos en medio de intereses encontrados. Da la impresión de que tanto las alcaldías de Guadalajara y Zapopan, así como algunas áreas del Gobierno del Estado, están ya “gobernando” en función de las encuestas y los cuartos de guerra. No hay decisiones trascendentes, no hay visión de futuro más allá del 2012 y se hace y se deja de hacer en función del biorritmo de la ciudad. Si se pudiera gobernar con encuestas, créanos que ya habríamos abolido desde hace tiempos las figuras de alcalde, gobernador y secretarios, pero desgraciadamente no se puede, se requiere de alguien que tome decisiones y haga política para que éstas lleguen a buen fin.

A unos días de que se cumplan los primeros seis meses de los alcaldes en el poder, la sensación de abandono de la ciudad por parte de todos los actores políticos y de que nada, excepto fotos y actos populistas, sucederá, está en el ambiente.