Ayuda, sin llegar a damnificados por tromba en Zapopan

ZAPOPAN, JALISCO (18/AGO/2012).- Han pasado 15 días desde que cayó la tromba en la colonia Arenales Tapatíos, que dejó como consecuencia daños catastróficos en decenas de viviendas y provocó la muerte de una mujer. En la zona aún se respira la tristeza por la derrota en este combate entre el hombre y la naturaleza.

Autoridades del Estado y del Gobierno de Zapopan han manifestado tener la intención de apoyar a los damnificados, pero el apoyo sólo ha quedado en los buenos deseos.

Sin embargo, han sido los propios habitantes de la comunidad quienes han puesto la muestra de solidaridad y a pesar de los pocos recursos económicos en que viven, se han dado a la tardea de brindar auxilio a los vecinos afectados.

Ropa, comida, préstamo de utensilios domésticos han sido los objetos que la gente menos afectada, ha podido entregar a los damnificados, a quienes sólo les queda esperar el apoyo económico y la solución integral a su problema que pueden brindar los gobiernos.

En Avenida Guadalupe, antes de cruzar el Periférico, la vida continúa de manera cotidiana: calles limpias con carpeta asfáltica, camellones en buen estado y casas que detonan un nivel medio, medio alto. Pasando el Periférico es otra la realidad, las calles son empedradas y llenas de hoyos y las viviendas en su mayoría están construidas con bloque y piso cemento.

Entre más te sumerges en este lugar, las carencias aumentan y te encuentras calles como: Oro, Uranio, Bronce o Centenario que no son ni el reflejo de lo que representan sus nombres.

Éstas no sólo tienen el problema de escasez o falta de servicios, las familias que habitan en estas calles lo han perdido todo consecuencia de la tromba registrada la madruga del lunes seis de agosto.

El pasado jueves, alrededor de 50 vecinos de Arenales Tapatíos fueron a la Presidencia Municipal de Zapopan para exigir las soluciones y atención por parte del gobierno. La respuesta que dieron áreas como Obras Públicas y Desarrollo Social, es que aún no tenían la solución definitiva.

Agendaron una reunión con los vecinos, para el 23 de agosto. Directores del municipio asistirán a la zona afectada el jueves en punto de las 19:00 horas.

Al presidente municipal Héctor Vielma Ordóñez no se le ha vuelto a ver, desde su única visita hecha a la zona del desastre, el pasado siete de agosto.

PEQUEÑAS HISTORIAS:

Ramona Núñez es una señora de la tercera edad, vive en la calle Oro, en la finca que está pegada al cauce. Acostada sobre un catre - que le dio el DIF Jalisco- permanece día y noche. Por ratos ve la televisión y en otros momentos platica con sus vecinas, mientras su esposo, Ángel Díaz Fregoso, sale a dar  vueltas en su taxi.

"Ahora no puedo trabajar, porque si me voy los ratones -los amantes de lo ajeno- se meten y pues imagínate se llevan lo poco que tengo", dijo Ramona Núñez, quien para apoyar a la economía de su casa se dedicaba a la venta por catálogo.

Durante la tromba, la vivienda de Ramona quedó sumergida en un metro y 40 centímetros que subió el agua. Ella y su esposo perdieron sus pertenencias entre ellas: su recamara, ropa, refrigerador, la lavadora nueva y vieja que tenían, y la barda de su patio trasero fue derribada por la cantidad de agua que se acumuló en su vivienda.

A ella las autoridades la señalaron como una de las familias "paracaídas"; sin embargo, inconforme por esto, Ramona comentó que no entendía por qué Zapopan decía que eran "paracaídas" cuando "bien que reciben los pagos de predial que nosotros hacemos".

Después de llorar por haber perdido sus pertenencias, Ramona pide al Gobierno de Zapopan agilizar los procesos de ayuda.

"Yo tengo fe en que nos van ayudar, pero que se apuren la verdad es que necesitamos que ya definan nuestra situación".

En la casa continua a la de Ramona vive Elena Murillo, una mujer de aproximadamente 40 años, quien para mantenerse abrió una tienda en su propio domicilio, de la cual, ya nada queda. El agua se llevó toda la mercancía.

"Todo lo perdimos. No ha llegado ningún apoyo, sólo se acercó a los tres días fue el Gobierno del Estado y luego ya no vinieron".

Relata que esa madruga la vida les cambió. Su vivienda y su fuente de empleo se perdieron y no saben cómo reponerlo.

Son cinco hijos los que tiene que mantener. Uno de sus hijos que ingresará a tercero de primaria llegará a su primer día de clases sin útiles y sin uniformes, el esfuerzo que había hecho para comprar todo para el regreso a clases se lo llevó el agua.

"Mi esposo es diabético y bueno ahora al perder las tienda tuvo que irse a la construcción, pero no saca semanalmente lo que ganábamos en la tienda. Tendremos que ir a la escuela a pedir permiso para que dejen a nuestra hija asistir sin útiles a la escuela", dijo Elena.

Otro de los vecinos es Santiago Sánchez, también un hombre de la tercera edad. Su mirada lo dice todo. Esta inundado por una inmensa tristeza.

Además de la pérdida de su casa, Santiago perdió toda su herramienta de trabajo. Él es albañil, uno de sus hijos le ha prestado herramienta para que continúe trabajando pues la depresión invadió su vida.

Ya no quiere recordar esa madrugada, pero las imágenes de ese día regresan a su mente y sus ojos se inundan.

"En esa madrugada se cambió mi vida. Ahora vivo con miedo", dijo Santiago, quien a pesar de la tristeza afirmó tener confianza en que las autoridades reaccionarán para apoyarlos y no dejarlos en el abandono.

EL INFORMADOR / MARDIA MENDOZA