Martes, 23 de Abril 2024
Jalisco | Zapopan, el principal receptor

A la ciudad llegan más habitantes del DF

En la metrópoli, dos de cada 100 habitantes son de Michoacán

Por: EL INFORMADOR

Según especialistas, el desplazamiento intraestatal que se da en Jalisco no ha podido medirse con exactitud. A. CAMACHO  /

Según especialistas, el desplazamiento intraestatal que se da en Jalisco no ha podido medirse con exactitud. A. CAMACHO /

GUADALAJARA, JALISCO (31/MAR/2011).- En la ciudad habitan 100 mil nuevos tapatíos como Aldo, oriundos de Michoacán: de la población de la metrópoli, dos de cada 100 habitantes son michoacanos de nacimiento. Sin embargo, en la ciudad hay más residentes provenientes del Distrito Federal (DF): 108 mil 500, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía ( INEGI).

Patricia Arias, antropóloga y especialista en temas de migración, recuerda que, después del sismo de 1985 en la Ciudad de México, muchos capitalinos decidieron mudarse de ciudad; en algunas zonas fueron bien recibidos; pero no en Guadalajara: “Muchas personas se regresaron. Había gente que en el carro escribía: ‘Haga patria, mate un chilango’”. Por eso resulta más destacado el reciente incremento de emigrados del DF en la población de Jalisco.

Aldo recuerda su primer día en Guadalajara: “Llegué por la noche, mis padres me dejaron en la casa de un amigo, desempacamos y se fueron. Al día siguiente fui a clases; el llegar a la universidad no fue problema, tomé el camión correcto; pero de regreso me desubiqué, me bajé del camión antes de llegar, pensé que iba mal; después pregunté y sí iba bien, y volví a tomar el camión”.

Él llegó a la ciudad animado por sus padres: “Querían tenerme lejos”, bromea. Lo cierto es que Aldo contempló la oportunidad de seguir sus estudios en su Estado natal, pero sus padres lo incitaron para que se decidiera por Guadalajara; sus dos compañeros de casa también son de Michoacán.

A escala en Jalisco, ocurre lo contrario que en la ciudad: son más los oriundos de Michoacán que del DF. De cada 100 habitantes de Jalisco, por lo menos dos son michoacanos y casi dos son del DF.

Para Patricia Arias, coordinadora del libro ¿Campo o Ciudad? nuevos espacios y formas de vida, los datos que arroja el censo 2010 confirman la tendencia histórica de inmigrantes en Jalisco.

“La principal migración la recibió de sus estados fronterizos: Michoacán, Zacatecas y Guanajuato. El gran incremento es el Distrito Federal y se percibe un poco más de Veracruz y Sinaloa; esto sería lo nuevo”, señala la investigadora.

Arias apunta que, al preguntar de dónde son a los residentes de las colonias populares de Guadalajara, van a decir que son de Zacatecas, Michoacán o Guanajuato.

En el municipio de Guadalajara, el número de mexicanos residentes nacidos en otra Entidad, ha ido disminuyendo. En 1990 había 283 mil habitantes oriundos de otros estados; 10 años más tarde había casi 40 mil menos y para 2010 apenas sumaron 90 mil; es decir, en los pasados 20 años se fueron 12 connacionales por día.
En el municipio de Guadalajara habitan más michoacanos que oriundos del DF.

En 1990, 17 de cada 100 habitantes en la capital de Jalisco nacieron en otro Estado; para 2010 sólo son 13.

Aldo recuerda que, por lo regular, cuando dice que es de Michoacán con quienes conversa, sacan a colación a Los Zetas y a La Familia. Sin embargo, él extraña la seguridad y tranquilidad de Uruapan, Michoacán.

“Aquí se vive muy de prisa; allá todo es más tranquilo, más familiar”, exclama. Además, aquí, en una ocasión que iba a comprar cervezas con un amigo, un grupo de hombres los golpeó “sólo porque sí… no nos quitaron nada”.

Aldo vive en el municipio de Guadalajara. Para Patricia Arias, en Zapopan habita gente de un mayor nivel socioeconómico: quienes vienen y son ejecutivos de empresas, de compañías nacionales o internacionales, van a residir a la ex Villa Maicera. Dentro de la geografía de la metrópoli, Tonalá, Tlaquepaque, El Salto y Tlajomulco son para clase media baja.

No obstante, la especialista reconoce que en la periferia de Zapopan también hay zonas habitacionales para otras clases sociales.

Y justo es la ex Villa Maicera la que ha captado más residentes oriundos de otras entidades. En dos décadas se agregaron casi 10 personas por día provenientes principalmente de Michoacán, el Distrito Federal y Zacatecas. Los nacidos en otra Entidad representan 18% de la población total de Zapopan en 2010, de acuerdo con los datos del Inegi.

Por su parte, a Tlajomulco de Zúñiga llegaron siete compatriotas por día, principalmente del DF. En este municipio, 14 de cada 100 habitantes nacieron en otro Estado de la República, mientras que 82 jaliscienses, uno es de otro país y tres no señalaron su lugar de origen.

En Tlajomulco, la oferta habitacional es tan grande que se desdibujó mucho, es variopinta: hay fraccionamientos para clase media baja y alta.


“Ya no es como antes”



Aldo llegó a la metrópoli para estudiar. Anteriormente, ése era uno de los motivos por los cuales llegaban inmigrantes de otras entidades, pero ya no es igual que hace 30 o 40 años.

“Eso fue antes, en los años setenta u ochenta. Venían de Chihuahua, Sinaloa y Sonora a estudiar al ITESO, cuando se dio el boom de universidades privadas, porque era muy difícil entrar a la Universidad de Guadalajara”, explica Patricia Arias.

Recuerda que había casos, como en Michoacán, en que quienes querían entrar a la UdeG debían estudiar la preparatoria en algún pueblo de frontera donde estuviera la universidad, porque era obligatorio haber cursado este grado en la misma UdeG; de no ser así, no podían hacer examen de admisión: “La misma Universidad de Guadalajara impedía que los jóvenes de otros estados vinieran. Porque, si no habían hecho la preparatoria en la UdeG, no podían entrar”.

Hubo un boom en la universidad privada. Estaban el ITESO y la Universidad Autónoma de Guadalajara, así que venían a estudiar las élites de otros estados.

“Sí venían. Hubo muchas llegadas de gente de otras entidades, de la ‘casta grande’, para estudiar en Guadalajara. Pero ahora en todos estos estados tienen buenas ofertas educativas. Siguen llegando, pero no en la misma proporción que antes”, apunta la investigadora.

También se dio que tapatíos se formaran en el DF; de igual forma, se trataba de las élites.

Aldo entró a la Universidad de Guadalajara hace un año y medio. Reconoce que la fama de la casa de estudios es grande, pero ya estudiando la ve “normal: no es la gran cosa, yo esperaba más”.

Él se ha formado una clara imagen de los tapatíos: los ve como “egocéntricos, creen que son el ombligo de México”, pero entre los mitos de los habitantes de Perla Tapatía, Aldo confirma uno: “Eso sí, tienen mujeres muy bellas”.

Al contrario del caso de Aldo, quien tiene el apoyo económico de su familia para sobrevivir en la metrópoli, Sergio, oriundo de Tabasco, ha tenido que enfrentar situaciones adversas.

Sergio llegó a Guadalajara para trabajar: en la empresa en la que laboraba le ofrecieron venirse y “pintaron todo color de rosa”. Al llegar aquí, todo cambió. “Muchas de las cosas que nos habían dicho ya no nos las respetaron y terminé por salirme”.

Así como Sergio, sigue llegando gente para trabajar, pero ya no como en décadas atrás, reconoce Patricia Arias; la situación está muy difícil, pues ya no existe la misma oferta laboral.

A Sergio le robaron su acta de nacimiento y certificados de estudio a unos días de haber pisado tierra tapatía, lo que le dificultó más encontrar un trabajo. Llegó hace siete años, pero tuvo que moverse a Ocotlán y otros municipios de Jalisco. Hace un año y dos meses que tiene un empleo “fijo”: cuida coches.

“Los viene-viene y franeleros están bien quemados, su apariencia no les ayuda”, dice. Luego ríe y voltea a ver la playera que viste al revés junto con su bermuda: “Bueno, yo no ando tan limpio”.

Conoce a casi todos los del rumbo, persona que pasa es a quien saluda, vista de traje o simples jeans.

Sergio habla de esta labor como si fuera una de las tantas empresas en las que laboró. “No me va mal, hay días que sí, pero otros son muy buenos. En este trabajo hay que ganarse la confianza de los clientes. Lo malo es que no tengo prestaciones, por eso planeo encontrar otra chamba”.

Sergio aún no tiene sus papeles completos: su acta de nacimiento le costó 700 pesos, dinero que puede que lo saque en un día de trabajo, pero tiene también una esposa y un hijo a quienes mantener.

Para sus certificados de estudios, cuenta que le cobraban mil pesos por cada uno y se los traían desde Tabasco, pero le resultó muy caro y decidió solicitarlos de forma gratuita a la Secretaría de Educación Jalisco, donde se los cobran en tiempo: “Van seis meses y apenas me han dado mi certificado de primaria; del de secundaria, no he sabido nada”.

Tanto Aldo como Sergio tienen en mente regresar algún día sus estados natales.


Migración de Jalisco a la metrópoli


El censo no capta desplazamiento intraestatal

El gran contingente que siempre ha alimentado la Zona Metropolitana de Guadalajara ha sido la población del mismo Estado de Jalisco, señala Patricia Arias, sólo que esto no lo capta el censo.

La principal corriente inmigratoria adicional hacia Guadalajara, por lo menos entre 1940 y 1980, fue el propio Estado de Jalisco, apunta la especialista.

“Jalisco tenía dos corrientes migratorias: una a Estados Unidos, muy antigua, que se llevaba gente a California o hacia Chicago, y la otra, desde los años 40, fue venirse a Guadalajara, que en ese momento no era la zona metropolitana, a las vecindades detrás de la Calzada; era una zona enorme de vecindades, entre Javier Mina y González Gallo”.

Los nuevos residentes fueron quienes después se mudaron a las nuevas colonias del sector Libertad. Incluso,  a los de Michoacán, Zacatecas y Guanajuato se les podía ubicar por cuadras: “todavía se puede ver que en esa cuadra llegaron puros zacatecanos y de tal lugar, porque normalmente jalaban a parientes que estaban viviendo aquí; compraba uno y le decía a los demás”.

Pero la primera fuente de inmigración fue siempre el propio Estado de Jalisco. Y el censo, subraya la especialista, no permite captarlo a detalle.

Arias expone que quienes llegaron a Guadalajara entre 1940 y 1980 y crecieron en las colonias del sector Libertad son quienes están aprovechando las ofertas de vivienda que se genera en Zapopan y Tlajomulco. Además, es oferta de muy bajo costo.

Esas salidas no las va a registrar el censo, dice la especialista en migración: “‘¿Dónde nació usted? En Jalisco’. No va a captar que se movió de Guadalajara a otro municipio de la metrópoli. El censo capta migración, no desplazamientos en el mismo Estado. No estamos captando bien estos movimientos”.

Ésa es una de las razones por las que la metrópoli registra una inmigración baja: “Si tuviéramos ese instrumento para medir quiénes se están moviendo, sería otra cosa, porque Jalisco ya no está teniendo movimientos inmigratorios fuertes como los tuvo en los años cuarenta”.

Un fenómeno que Arias detectó recientemente es que viene gente del interior del Estado a trabajar a la ciudad pero sigue viviendo en su población: “Viene de Ameca a trabajar, pero sigue viviendo allá. O de otros lugares, y se quedan de lunes a viernes aquí. Viven en malas condiciones, pero siguen manteniendo su hogar en su lugar de origen”.

Antes cambiaban por completo su lugar de residencia, pero ya no. Y esto tampoco lo detecta el censo.

De dónde llegan  
Guadalajara 2010
Michoacán 34,573
Distrito Federal 29,790
Zacatecas 24,919
Nayarit 12,115
Guanajuato 10,760
Sinaloa 10,199
   
Zapopan 2010
Distrito Federal 47,463
Michoacán 32,877
Zacatecas 25,769
Sinaloa 16,201
Nayarit 11,919
Veracruz 11,285
   
Tlajomulco 2010
Distrito Federal 11,664
Michoacán 8,202
Zacatecas 4,808
Veracruz 4,416
Sinaloa 3,071
Nayarit 2,978
   
Tlaquepaque 2010
Michoacán 16,350
Distrito Federal 11,940
Zacatecas 9,576
Guanajuato 5,103
Nayarit 4,240
Sinaloa 3,431
   
Tonalá 2010
Michoacán 8,726
Distrito Federal 7,663
Zacatecas 7,382
Guanajuato 3,371
Nayarit 3,076
Veracruz 2,430
   
Jalisco 2010
Michoacán 157,129
Distrito Federal 139,874
Zacatecas 99,670
Nayarit 72,463
Guanajuato 57,856
Sinaloa 42,780


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