Brasil enfrenta el Mundial con una economía desacelerada

GUADALAJARA, JALISCO (12/JUN/2014).- Brasil es el gigante de los contrastes. Un poderoso actor político y económico a nivel internacional que convive con un pobre, asimétrico y subdesarrollado panorama interno. Un Brasil que alberga bancos poderosos, empresas trasnacionales y regiones muy dinámicas, con una desigualdad rampante, falta de competitividad y pendientes en materia de productividad.

Fue por muchos años el “país de moda”. No había revista internacional que no pusiera a Brasil como un modelo de desarrollo económico y político a imitarse. Un país que en una década dejó su inercia de magro crecimiento económico y comenzó a crecer a tasas inesperadas.

Los números son contundentes: Brasil creció arriba de 5% en cuatro ocasiones de 2004 a 2010. Incluso en 2009, cuando toda América Latina se desplomó en promedio dos puntos porcentuales de crecimiento negativo, se mantuvo prácticamente en ceros. Sin embargo, aunque las tasas siempre fueron competitivas, en un país de 200 millones de personas, el crecimiento más que un elemento dinamizador, es una condición para incorporar a los millones de brasileños que buscan empleo y una salario digno.

Tras esos años del “milagro brasileño”, donde el crecimiento fue acompañado también con programas sociales ambiciosos que lograron reducir la pobreza y la desigualdad,  cayó en un bache económico. En 2011, 2012 y 2013, Brasil sólo logró crecer en promedio 1.9%, el más bajo en tres décadas. La Presidencia de Dilma Rousseff no ha logrado afianzar los alcances socioeconómicos de su predecesor, “Lula” Da Silva.

Asimismo, la deuda total alcanzó los 312 mil millones de dólares, un incremento de 50% en términos reales en una década. Sin embargo, prácticamente toda ha sido deuda privada, ya que la deuda pública se ha mantenido en términos similares a 2004. Así, aunque el pasivo tiene altos niveles, Brasil tiene en reservas más que toda su deuda, alcanzando 370 mil millones de dólares en 2013 (más del doble que todas las reservas que tiene México). Es decir, a pesar del bache, sigue teniendo finanzas sanas.

La evolución de la pobreza en América Latina (exceptuando México) ha sido a la baja. Según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la pobreza general en América Latina pasó de poco más de 40% a 29%, cuando nos referimos a los latinoamericanos que viven en ciudades. En el caso rural, pasó de 59% a 49% en el mismo periodo de tiempo. A través del programa “Hambre Cero”, que después se convirtió en “Bolsa Familia”, Brasil llegó a más de 50 millones de personas con carencias.

Según datos del propio Gobierno de Brasil, particularmente del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística, la pobreza se redujo aceleradamente en los primeros cinco años de “Lula”, sacando a prácticamente 25 millones de personas de la pobreza en Brasil, pero no mantuvo la misma tendencia en los últimos años. Con estos datos se colocó, a la par de países como Venezuela o Perú, como los principales reductores de pobreza a nivel latinoamericano.

Este énfasis en la política social ha hecho que Brasil sea uno de los países a nivel latinoamericano que ha incorporado más gente a la clase media en la última década. Si se toman solamente a los llamados “BRIC” (Brasil, Rusia, India y China), es el segundo país con mayor crecimiento de la clase media desde 2000 (sólo después de China).

En este periodo casi 50 millones de brasileños han alcanzado la categoría de clase media y los pronósticos señalan que la tendencia puede durar algunos años más. Esta consolidación de las clases medias es uno de los factores que más esgrimen los expertos para explicar el aumento de manifestaciones previas al mundial. Brasil ha logrado importantes avances económicos, pero siguen habiendo rezagos que lastiman a la clase media.

“Talón de Aquiles”

Según la UNESCO, la educación es el “talón de Aquiles” de Brasil. Está por debajo del promedio de América Latina en atención preescolar, en repetición en primaria y también en secundaria, aunque ha tenido avances desde 2001. Algo similar sucede en salud donde los resultados siguen siendo menores a las expectativas formadas por los brasileños.

LA VOZ DEL EXPERTO
Descontento social y político

Ángel Florido (académico de la UdeG).

Brasil vive problemas sociales muy complejos que encuentran en el Mundial una coyuntura perfecta para manifestarse. En opinión del académico de la Universidad de Guadalajara (UdeG) y experto en temas latinoamericanos, Ángel Florido, las manifestaciones son reflejos de un descontento social y político que se vuelve mucho más visible ante la coyuntura de una copa del mundo.

“Es un problema social, el Mundial se vuelve una coyuntura para hacer visible en un descontento social. Los ojos del mundo están puestos en Brasil. La otra parte es que existe el temor de que se endurezca la represión contra los manifestantes durante las semanas que dura el Mundial”.

Muchos autores han definido las movilizaciones que han ocurrido en distintas economías medias como la “rebelión de las clases medias”. Es decir, un estado económico en el que los habitantes de clase media de un país van exigiendo aún más derechos y servicios. Dejan un Estado de carencias y dificultades económicas para pasar a un Estado donde se piden cosas que antes eran impensadas. “Brasil vive con una situación que no ha logrado apuntar a generar cierta certidumbre, porque si hay incertidumbre no habría manifestaciones. La brasileña es una clase media endeble, que no tiene certeza de su futuro”.

Brasil es un país con muchos logros económicos y sociales en los últimos años. Sin embargo, pobreza, desigualdad, carencias educativas y mala atención sanitaria, son problemas que se enfrentan con un balón como el foco de atención del mundo en las siguientes semanas. “A pesar de los logros que ha tenido Brasil, que son muchos, los retos continúan ahí. Y no sobra decir que normalmente el futbol ayuda a tratar de manipular muchas cosas en la sociedad”.

Para ilustrar su punto, Ángel Florido toma el caso de México como un ejemplo, ya que reformas muy importantes se están comenzando a discutir en un periodo donde toda la atención no está puesta en las modificaciones secundarias.

En ese mismo sentido, el académico de la UdeG señala que los gobiernos explotan esa veta identitaria que genera el futbol. “El futbol no deja de ser un mecanismo de identidad, de unificación. Los gobiernos explotan al máximo el futbol como un referente de unidad”.

NUMERALIA
Datos políticos de los 32 países que participan

28 democracias.

4 dictaduras o sistemas autoritarios.

10 países han pasado por alguna crisis económica en el último lustro.

9 países han cambiado de presidente en los dos últimos años.

4 países son gobernados por una mujer.

12 países son gobernados por el partido de izquierda.

16 países son gobernados por el partido de la derecha.

8 países ganaron su independencia en el siglo XX.

2 países no existían en el Mundial de México 1986.

SE DISPARA EL COSTO DEL MUNDIAL
El gasto público provoca protestas

No han salido las cifras oficiales, pero la Presidencia ya admitió que se ha gastado más de lo presupuestado. Solamente en estadios mundialistas, las distintas sedes costarán poco más de tres mil millones de dólares. A este costo hay que agregar la logística para hospedar a todas las selecciones y la obra pública que ha tenido que hacer el Gobierno de Brasil para dejar a punto muchas de las ciudades que recibirán partidos mundialistas. Se calcula que el costo total del Mundial andará por los 13 mil o 14 mil millones de dólares.

Brasil es uno de los países que más recauda impuestos de la región. Tomando datos de la CEPAL, se identifica que recauda en torno a 34 puntos de su Producto Interno Bruto (PIB) en impuestos. No es una cifra menor, es prácticamente el triple que México (10.8% de s u PIB). A pesar del alto pago de impuestos de los brasileños, los servicios públicos siguen siendo una crítica constante de la población.

Y es que se critica que no se inviertan los recursos necesarios también en seguridad.

En 2013, en Brasil se alcanzó un récord de asesinatos: 55 mil. Seis personas mueren cada día de forma violenta. La crítica es: por qué se invierten más de 13 mil millones de dólares en el Mundial y se movilizan más de 150 mil elementos policiacos, cuando la inseguridad sigue estando sin resolverse en Brasil.

TELÓN DE FONDO
¿Sirven estos eventos para dinamizar la economía?

Los mundiales no derraman en “grandes beneficios” económicos.

Hasta fechas recientes, los economistas comienzan a medir los efectos económicos de los llamados “grandes eventos”. Uno de los estudios más controversiales y que ha generado más debate, es el de “efectos económicos de los mundiales de futbol. Las experiencias de Francia 1998 y Alemania 2006”, elaborado por la Universidad Nelson Mandela y por la Universidad de Hamburgo.

El estudio llega a tres conclusiones fundamentales. En primer lugar, el principal impacto a corto plazo del Mundial es un estado de satisfacción popular, pero que no necesariamente tiene un vínculo ni con el consumo ni con el desarrollo económico. Incluso, señala el estudio, a corto plazo ninguno de los argumentos que se utiliza para organizar este tipo de eventos, se termina correspondiendo con la realidad. Ni siquiera, en los llamados efectos de largo plazo, existe una ganancia palpable por parte del organizador. Tanto en los casos de Francia como de Alemania, la percepción internacional se mantuvo similar a los niveles previos a la organización de la Copa del Mundo.

En materia turística tampoco hay avances concluyentes. En el caso de Francia, el turismo se mantuvo prácticamente estable durante la década de los noventa y con un crecimiento moderado a partir de inicio de milenio. En Alemania hay un pico de ocupación hotelera durante el Mundial de fútbol, pero tras la culminación del evento, los datos vuelven a niveles similares previos a la Copa del Mundo.

CLAVES
Las contradicciones   

Crecimiento Brasil es uno de los países con mayor crecimiento económico desde inicios de siglo. Sin embargo, en los últimos tres años, el gigante sudamericano ha crecido menos de dos puntos porcentuales en promedio, lo que ha generado desgaste político a la Presidencia.

Desigualdad Está lejos de dejar atrás su condición como uno de los países más desiguales del mundo. En América Latina, es el tercer país con más desigualdad, sólo por detrás de Chile y México.

Gasto Una de las críticas al Mundial de Futbol ha sido su enorme gasto. Como cada cuatro años, el de Brasil se convierte en el Mundial más caro de la historia con un gasto récord que triplica lo presupuestado por las autoridades del país sudamericano. Los estadios con una inversión de tres mil millones de pesos son el rubro de gasto más claro.

Regiones La desigualdad regional en Brasil es muy clara. Al igual que México, existen regiones desarrolladas, conectadas al mundo y financieramente dinámicas, y espacios geográficos de mucha pobreza, desigualdad y atraso. Ahí tenemos la comparación entre el Norte y el Sur, o entre la Costa y el Amazonas.

Corrupción Según todas las encuestas, los brasileños ven en la corrupción el principal mal de su país. Más de 70% cree que es el primer problema a resolver. Los últimos escándalos políticos han contribuido a crear la idea de una clase política corrupta y que desatiende los intereses sociales.

Servicios Los servicios públicos siguen siendo de mala calidad y lejos de las expectativas de los ciudadanos. Con datos publicados por el Instituto Brasileiro de Geografía y Estadística, los ciudadanos de Brasil expresan descontento por la calidad de los servicios que reciben.

LA CIFRA

200 millones de personas, población registrada en la actualidad en Brasil.

312 mil millones de dólares, deuda total que alcanzó el país en una década.

370 mil millones de dólares, reservas de Brasil registradas al cierre de 2013.

25 millones de personas sacadas de la pobreza en los primeros cinco años de “Lula”.

14 mil millones de dólares, estimación del costo del Mundial de Futbol.

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