Miércoles, 01 de Mayo 2024
Entretenimiento | Luján y Bracho se llevan la noche

“Todos eran mis hijos” conmueve a dos mil almas

Buenas interpretaciones y una impactante historia definen la puesta en escena que hoy ofrece dos funciones más en el Teatro Diana

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Por un par de horas, el Teatro Diana trasladó al público a otro momento y otra geografía: Estados Unidos en el umbral de los años cincuenta. El sonido de motores de avión fue el preámbulo para que el telón se levantara y la puesta en escena Todos eran mis hijos diera comienzo.

El patio de una casa, el jardín podado, una típica tarde cualquiera dio la bienvenida al público. Un par de mesas y algunas sillas dispuestas completaron el cuadro.

Jim Bayliss, interpretado por Miguel Pizarro fue el primero en aparecer en escena; con pipa en mano dialogaba con Joe Keller, el patriarca de la familia, a quien dio vida el primer actor Fernando Luján, Frank (Martín Altomaro) también entró a la charla. Mientras los caballeros hacían suya la escena, la llegada de Diana Bracho irrumpió el diálogo con una lluvia de aplausos, Kate Keller, esposa de Joe había roto el esquema.

La sucesión de diálogos evidenció el drama de la familia en la que también se incorporaron Annie (Silvia Navarro) y Lydia (Marta Aura), pero fue la presencia de Chris (Mario Loria) la que robó el aliento.

La reflexión y el derroche actoral fue una comunión perfecta que el público agradeció, sobre todo porque colocó en el escenario los límites a los que la culpa es capaz de hacer llegar a los individuos.

Mientras el drama crecía sobre el entarimado, abajo, ente el público, se vivía otro tipo de drama, el de la falta de respeto a los espectadores, ya que la constante fue el sonido de teléfonos celulares y, peor aún, conversaciones que se puderon escuchar pese al desagrado de muchos presentes.

Si bien una de las artistas favoritas del elenco fue la actriz Silvia Navarro, el micrófono de la actriz le hizo una mala jugada y por momentos su voz se perdió en medio de los diálogos, lo que la obligó a resolver el parlamento elevando su tono; pese a ello, su interpretación logró cautivar al público, más de dos mil almas conectadas con la historia.

Un estruendo y la repentina ausencia de luz rompieron el trance. El telón cayó y de inmediato vino la despedida, en parejas, los actores agradecieron los aplausos, la entrega y el voto de confianza a una historia que ha seducido durante meses al público capitalino.

Para saber
Todos eran mis hijos se desarrolla en 1947, en el contexto de la posguerra, y con ella su autor, Arthur Miller, lanza una sórdida denuncia social que critica a la humanidad: su corrupción y su avaricia, a través de los actos de una familia cualquiera y la decadente época que le tocó vivir.


Todos eran mis hijos / Hoy, 19:00 y 21:30 horas / Boletos: de 200 a 450 pesos. Disponibles en Ticketmaster

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