Se acepta a sí mismo: Christian Chávez busca romper moldes

Lo tiene todo en apariencia. Fama con RBD y trabajo en teatro con Avenida Q. Aun así, Christian Chávez no lo duda cuando se trata de hablar de día a día: “Hay momentos en que me levanto y digo ‘que difícil ser yo’. Creo que es un sentimiento muy mexicano y que todos en algún momento lo pensamos porque se ha convertido en un elemento de identidad nacional”.

El personaje principal de Avenida Q, Eugenio, se enfrenta al dilema existencia de qué hacer con su vida. Christian Chávez también: “Mi meta en la vida es ayudar a romper cosas. Yo no quiero ser un artista gay, yo quiero ser un artista. No quiero que la gente me encasille por el hecho de interpretar personajes gay. Del mismo modo que los heterosexuales tienen caracteres diversos, los personajes gay tienen sus matices. El hecho de que yo lo sea, no significa que me identifique con todos ellos”.

Los personajes de Avenida Q llegan a la conclusión de que son “un poquito racistas”. Christian Chávez también: “Yo soy norteño y claro que hay veces que escuchas a la gente que dice ‘todos los chilangos son iguales’ o viceversa, personas del Distrito Federal que dicen ‘ay, malditos norteños siempre se portan así’. Quizá el racismo en su concepto tradicional de discriminar a negros o indios, ya no es tan notorio, pero sí en aspectos más sutiles”.

A contra corriente

El cantante de RBD debuta el próximo jueves en el Distrito Federal en esta obra que se desarrolla precisamente en Avenida Q, un barrio ficticio pero en el que bien podría desarrollarse también la vida real de Cristián.

Hay anécdotas que encajarían como escenas de la obra. Por ejemplo, hay una en la que Christian Chávez llega a la oficina de la Tesorería del Gobierno del Distrito Federal para tramitar su licencia de conducir. La mujer a cargo del escritorio de Información al Público, lo ve venir y lo reconoce. Antes de que Chávez le diga algo, la mujer mira sus documentos y lo regaña: “Uy joven, no, no. Uy joven, no, no. Usted es famoso, verdad. Y quiere su licencia. Uy, joven, ustedes los famosos todo lo quieren rápido, pero sabe una cosa, aquí no hay privilegios para nadie, aquí todo se hace legalmente”.

En realidad, Chávez nunca pidió prebendas ni privilegios. Había hecho fila y quería preguntar cuál era el procedimiento para tramitar su documento. Pero la mujer a cargo del escritorio de Informes se comportó cual personaje de Avenida Q: prejuzgó a Christian por el simple hecho de ser famoso.

Otra escena de la vida real: llega Christian para hacer un casting de una película. Se sienta en espera de su turno. El resto de los actores comienzan a cuchichear: “Uy ahí viene el de RBD”. Ellos también podrían ser personajes de Avenida Q por prejuiciosos.

Este musical se estrenó hace un mes en el Centro Cultural Telmex capitalino. Luis Gerardo Méndez es el titular a cargo de los personajes de Eugenio y Rodri, pero Chávez tendrá actuaciones especiales cada vez que sus compromisos en RBD le permiten hacer funciones. Por lo pronto, debuta el próximo jueves y actúa el sábado.

Está consciente de que su trabajo pude suscitar la crítica de algunos a quienes les parezca que no es un buen actor. En ese sentido, aplica una enseñanza de la propia obra: “Siempre serás señalado por algo. En la primario me decían ‘El Criquet’ porque era bien flaquito y me la pasaba hablando todo el tiempo. El chiste es saber llevarlo, igual que la fama. El chiste es cambiar el click de decir “Que difícil ser yo” hasta convertirlo en decir: ‘Sí soy así, pero que bueno’”.