Pasión por Queen convoca a público diverso

GUADALAJARA, JALISCO.-  Luis y Claudia arribaron al Teatro Diana en punto de las ocho de la noche. Al ingresar al foro se mezclaron con una multitud de personas heterogénea: intelectuales, niños bien, señoras con peinado de salón, roqueros y hasta uno que otro hippie. Todos coincidieron en el mismo espacio para disfrutar del concierto Queen sinfónico y coral.

Pasadas las 20:30 horas la Orquesta Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz, dirigida por Antonio Tornero subió al escenario. Detrás de ellos la banda de rock Britania, con guitarra eléctrica y bajo al hombro hicieron acto de presencia.

Tras un breve silencio las luces del recinto se atenuaron y los músicos comenzaron a tocar. El Dorado fue la primera interpretación, que aunque sin ser canción de Queen sirvió de introducción con sus acordes misteriosos.

Después con un ritmo alegre inicio It’s a kind of magic, con la que la gente gritó emocionada. La guitarra eléctrica y los sintetizadores hicieron juego perfecto con la atmósfera de tonalidades claras que acompañaron la canción.  

Posteriormente I want it all, Flash y Killer queen, sirvieron de preámbulo para el primer gran momento de la noche We will rock you. Al sonar los primeros acordes de dicha canción, la gente mostró su espíritu roquero silbando, gritando y siguiendo el ritmo de la melodía con los pies y las palmas. Luis y Claudia aplaudieron y gritaron eufóricos al finalizar el tema.

Luces verdes enmarcaron un solo del grupo Britania, quienes dieron muestras de su virtuosismo musical logrado tras más de 25 años de trayectoria. Con esto cerró la primera parte del evento.

Pasaron 15 minutos y de nuevo los músicos regresaron a escena, esta vez con Another one bites the dust, Claudia emocionada volteó a ver a Luis. El bajo y la guitarra eléctrica mezclados con la sección de metales dieron un giro a la canción popularizada por Freddie Mercury en 1980. Después de casi un minuto de aplausos, unos coros celestiales se dejaron escuchar y sirvieron de intro a la balada Somebody to love, que arrancó los gritos de gran parte del público.

La nostalgia se presentó con la interpretación de Save me, que con flautas y violines deleitó a los más románticos. El sonido de una guitarra eléctrica dio pauta a la clásica I want to be free, que casi para finalizar se transformó en un blues exquisito.

Siguió Radio Gaga, en la que los miembros del coro ejecutaron una coreografía robotizada y mediante aplausos la gente interactuaba con los músicos. Con Crazy little thing call love, fusionaron el rocanrol con la música de las big bands.

El clímax vino con Rapsodia Bohemia, en la que se conjugaron de manera perfecta los sonidos de la orquesta y el estilo de la banda Britania. La gente emocionada se levantó de sus asientos para ovacionar a los músicos.

Con We are the champions el violín fue el instrumento que destacó. Finalizando el tema, el público pedía más por lo que los músicos tocaron de nuevo las canciones We will rock you y Crazy Little thing call love. Luis y Claudia, como casi dos mil personas más, salieron satisfechos.