José Fors persigue a un nuevo monstruo

GUADALAJARA, JALISCO (06/MAR/2011).- La puerta de metal gastada por el Sol y la fachada de pintura blanca que se descarapela hace que el taller de José Fors, visto desde afuera, parezca un casa más en el horizonte de cuadras y cuadras de colonias que tapizan la Zona Metropolitana de Guadalajara. Pero adentro las cosas son muy distintas.

El espacio es amplio, un poco caótico. Todo lo que requiere un artista está allí. Bancos de madera gastada que parecen esperar que alguien se pose sobre ellos para romperse de una vez, lienzos blancos que gritan por ser pintados y lápices de diversos colores bastante usados y listos para regalar sus últimos trazos. En medio de todo, sentado en una silla alta y trabajando sobre el restirador, José Fors está absorto sobre una amplia hoja de papel, haciendo un dibujo que de momento tiene sentido para él y solo para él.

Recibe a este medio en su taller a las 14:00 horas. El calor a esa hora en la calle puede freír un huevo sobre la  banqueta, pero adentro hay mucha frescura. “Me siento bien, muy contento”, dice Fors a modo de saludo mientras mira a donde está su cajetilla de cigarros.

El motivo de la visita es en parte porque el cantante, pintor, grabador, escritor, guionista y cineasta en ciernes regresa al Teatro Diana para montar su ópera rock, Dr. Frankenstein. Se supone que nada más va a hablar de eso, pero con José Fors casi siempre las expectativas se superan, y en esta ocasión no es distinto.

Tiene cuerda para todo: Su interés por el teatro, la relación que guarda con la crítica, su extraña relación con Jesucristo Superestella y la misteriosa fascinación que despierta en su mente el Conde Orlok, o mejor dicho, Nosferatu, la estrella de su próxima puesta en escena.

- ¿Dónde nació el amor por el teatro?
- La verdad no le tengo mucho amor al teatro en sí, sino a hacerlo. Eso nació cuando tenía 14 años cuando me invitaron en el Distrito Federal a hacer el papel de Jesucristo en Jesucristo Superestrella.

No era algo que me emocionara en lo absoluto, pero llegué al ensayo y me di cuenta que las damas estaban muy guapas (risas). No era algo profesional pero estuvimos dos años interpretándolo con éxito. Era totalmente en vivo y cantábamos, me cambió de ser un chavo que estaba todo el día en su cuarto dibujando y escuchando a Black Sabbath.

- ¿Cómo se siente “Dr. Frankenstein” en su regreso al Teatro Diana?
- Se siente bien porque sigue fuerte,  la gente sigue entusiasmada, tanto quienes trabajan dentro de la puesta en escena como por parte del público, que lo siguen pidiendo. Mucha gente que no había ido antes ahora busca asistir y los que ya la vieron vuelven. Me da gusto que la obra no esté dando patadas de muerto.

- Regresar dos años a su terruño demuestra que sigue muy viva para tratarse de la historia de un muerto ¿no?
- Va tan bien que ya hay planes de salir. Ecuador está amarrado a mediados de año y están en la mira Colombia y Chile aprovechando el viaje. Los Ángeles para finales de año se encuentra como probable. Ese era el plan para finales de año con Frankenstein, sacarlo de la República, y allí va.
 
- ¿Le gusta leer las críticas que le hacen a “Frankenstein”, o prefiere pasar de largo?
- De repente si las leo y están bien, nunca me ha ofendido nada de lo que he visto, aunque generalmente no se me hacen muy interesantes, más bien platican lo que pasó y ya.

Me gustaría que mi trabajo se criticara más, con fundamento, claro, sobre todo en mis exposiciones artísticas, tengo mucha sed por oír lo que opina la gente que conoce la historia del arte.

- En México de repente la crítica se ejerce pero no se recibe muy bien
- (Risas) No se preocupen entonces, ¡yo abro los brazos, yo me pongo, échenle! Que se nos critique a los artistas, como también a los políticos. Todos debemos estar en la mira, siempre.

- ¿Y dónde está la mira de José Fors a futuro?
- Ahora voy con Nosferatu. Había otros proyectos pero éste me hizo click, de inmediato. Lo pensé y llegó a mi mente la idea con ambientación y el tipo de música que iba a llevar.

La obra se va a llamar Orlok el vampiro y va a ser muy diferente a lo que es Frankenstein, para empezar, no voy a componer con una banda de rock, sino con instrumentos de cámara como el piano y el órgano. Aunque son personajes hermanos, voy a experimentar, porque me gusta hacer cosas que no había hecho antes, darle por otro lado.


Gustos y fobias

Fanático del cine de terror y suspenso, José Fors confesó que es muy difícil que una película que reúna ambas características no le guste. “Por más mal que esté hecha, siempre me gusta verlas, es algo que no puedo evitar”.

Por otro lado el cantante explica que si hay algo que no le gusta es lo que llama “zona de comodidad”, esa donde muchos artistas se quedan estancados. “Por eso a mi me interesa hacer cosas diferentes”.