Viernes, 10 de Octubre 2025
Entretenimiento | Comedia con tintes bélicos

Héroes a la mexicana

La producción de Beto Gómez, ''Salvando al soldado Pérez'', llevará un comando a la guerra de Iraq

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO (16/MAR/2011).- La historia de la película Salvando al soldado Pérez, inició de alguna manera, cuando un amigo de infancia de Beto Gómez se enroló al ejército de Estados Unidos, fue enviado a la guerra de Iraq y murió en batalla. De eso ya pasaron años, pero el director sinaloense aún recuerda la despedida de ese joven y las carnes asadas que se sirvieron en el momento.

“Y entró una gran frustración: en esos años estaba en todo su apogeo la guerra y el hecho de que se fueran los chavos era una constante al menos en el Norte del país. Eran muchos los que morían por algo que no les correspondía, fui llenándome de historias de ese tipo y pensé que había algo que contar”, recuerda Gómez.

Entonces inició la búsqueda del guión adecuado para llevarlo al cine. Y nació Salvando al soldado Pérez, la primera película bélica en tono de comedia hecha en México. Contrario a lo mostrado por el cine hollywoodense, donde hombres presuntamente rectos hacen justicia, Gómez se imaginó que fuera un grupo de mafiosos mexicanos el encargado de rescatar a uno de los suyos durante la época de pleno conflicto del Golfo Pérsico.

El personaje principal sería el capo más temido del país (interpretado por Miguel Rodarte), pero con una mamá que no lo quiere, una esposa muerta y un hijo. Junto a él se conformaría el Comando Tomate, integrado por un ex combatiente (Jesús Ochoa), un indio (Gerardo Taracena) y dos hombres fieros (Joaquín Cosío y Rodrigo Oviedo), el cual tendría que combatir contra tanques y metralletas.

“Desde mi visión, los antihéroes son los que más nos interesan y con los que puedes sentir una mayor identificación. Aquí nadie más podría ir a esa aventura, solamente personajes acostumbrados a ese tipo de peligros en su vida lo harían. Y además, ellos buscan redimirse a lo largo de toda la historia”, explica el cineasta.

Entrenamiento de alto impacto

Ya en el set, los actores debieron hacer uso de un despliegue físico que les permitiera saltar de helicópteros, emboscar a gente o salir corriendo entre bombas y tanques.

Rodarte, conocido por la taquillera cinta El tigre de Santa Julia, recuerda entre risas: “Hay una secuencia en donde me lazan desde un helicóptero y me arrastran por una azotea. Era complicado porque iba atado completamente por arneses, pero al mismo tiempo debía estar herido y gritar. ¡Ahí teníamos que hacerlo nosotros, no había de otra, el stunt (doble de acción) no habría servido al momento de hacer tomas de la cara!”.

“No es una comedia de pastelazo, lo que da risa es la situación, como caer arriba de un gallinero o ver que Jesús Ochoa quiere una chela en pleno desierto, pero no porque el diálogo lo busque”, comenta Rodarte.

Salvando al soldado Pérez tuvo una inversión cercana a los 60 millones de pesos, convirtiéndola en la segunda más cara, sólo atrás de El atentando, estrenada en 2010.

“Antes de hacerla, era como cuestión de chiste entre mis amigos el decir que iba a hacer una película como ésta, de guerra en otro país. El guión se movió por muchos lados y no lo querían, muchos actores y gente de producción le dieron la vuelta, pero al final se hizo y lo mejor es que le pusieron la clasificación B (para mayores de12 años); un filme que pueden ver casi todos. Tiene humor y habla de valores como el apego a los que se quieren y de pertenencia a un grupo”, destaca Gómez.

La producción corrió a cargo de Lemon Films, misma de las taquilleras Kilómetro 31 y Matando Cabos, contando con los beneficios del artículo 226 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta, que permite a la gente destinar un porcentaje de esa cifra a la realización de películas.

Iraq en México

Para la película se recreó el pueblo iraquí de Karbala, en el desierto de Coahuila, a lo largo de un set de un kilómetro. Raymundo Cabrera (Navidad S.A. y Amar) fue el responsable del diseño de producción, consistente en darle credibilidad a locaciones, basándose en fotografías y videos reales de esa ciudad.

Hasta el desierto de Coahuila se movió el elenco de la producción durante cuatro semanas. Luego, en el Distrito Federal, se ocupó una bodega donde el Comando Tomate hacía frente a los rebeldes del país.

''Los antihéroes son los que más nos interesan y con los que puedes sentir una mayor identificación'', Beto Gómez, cineasta.

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