Cumplen con los tapatíos

GUADALAJARA, JALISCO.- Algo pasa con Los Amigos Invisibles que cada vez que vienen a presentarse en Guadalajara algún contratiempo plaza la cita. Al menos, así ha sido en las dos últimas ocasiones que los venezolanos han venido a ofrecer su repertorio musical.

Tras la contingencia sanitaria que se vivió en el país, que obligó la reprogramación de numerosos eventos, por fin la escena musical se reactivó en la ciudad y el sexteto de Venezuela cumplió su compromiso de presentar su sexto disco en estudio Comercial en el Teatro Estudio Cavaret.

En el recinto de avenida Parres Arias se vivió una noche intensa, de puro gozo, de “buena fiesta”, como celebraba Julio Briceño, vocalista del grupo, quien cada vez que preguntaba al público si ya estaba cansado las poco más de dos mil personas respondían con un grito ensordecedor.

Alrededor de hora y media bastó para que Los Amigos Invisibles conquistaran a una sala ávida de funk y merengue. Para deleite de sus seguidoras Julio se meneaba en el escenario, lo que arrancó gritos de las chicas y un par de prendas íntimas que terminaron enredadas en el cuello del cantante. Incluso bromeó, cuando al caerle la primer prenda, se la puso cual cubrebocas y sugirió que era el “remedio para la influenza”.

Sexy, Ponerte en cuatro, Esto es lo que hay, Ultra funk, La vecina, Cuchi-cuchi, más las nuevas, Mentiras, Merengue killa, Viviré para ti, Sueño erótico, incluidas en su último álbum no podían faltar a la “noche más caliente de Guadalajara”, como la describieron seis chicas venezolanas que bailaron y corearon los temas interpretados por sus compatriotas.

Entre los 28 temas picantes del grupo, igual se incluyó a manera de intermezzo un extracto de Cyndi Lauper, Lambada o Rapsodio bohemia de Queen, muy al estilo de los músicos de Caracas.  

Al final, cerca de la una de la madrugada de ayer viernes, Los Amigos Invisibles se despidieron agradecidos “por este recibimiento tan caliente”, y prometieron volver para septiembre.

Dato:
Al ingreso del Teatro Estudio Cavaret, elementos de seguridad repartían a los asistentes al concierto cubrebocas y aplicaban gel antibacterial.