Christopher, sin arrepentimiento

GUADALAJARA, JALISCO (07/NOV/2015).- Pese a ser uno de los concursantes con mayor carisma e irreverencia en la casa de “Big Brother”, Christopher Basteris culminó su estancia al ser el quinto expulsado, situación que lo sorprendió pero le deja una experiencia única e irrepetible.

El joven de 21 años de edad y originario de Yucatán, dijo sentirse privilegiado de haber sido uno de los miles de candidatos que finalmente lograron vencer los filtros del casting para formar parte de la historia de la llamada “casa más famosa” de México, aun sabiendo los retos que enfrentaría al ser encerrado con una docena de desconocidos.

“No tengo nada de tristeza, al contrario, es pura felicidad el estar ya afuera. Fue una experiencia que valió la pena, divertida y muy increíble. Sí es impresionante lo que se vive ahí, son fuertes los sentimientos y emociones, los pleitos. Salí antes de que me comieran los lobos”, expresó el expulsado al asegurar que no guarda rencores con sus compañeros, con quienes estableció lazos de amistad durante 46 días.

“Al principio sí fui más relajado y al final comencé a sacar mi lado malo y oscuro, pero así soy en mi vida normal, suelo ser muy relajado, trato de no tomar las cosas muy apecho, que no me afecten. Yo fui con la mentalidad de que esto era un juego, yo jugué, tuve mi estrategia al 100 por ciento”.

Christopher destaca que dentro de Big Brother mostró una faceta muy honesta y realista, movido por la curiosidad de acudir al casting y probar suerte solamente por diversión, aunque vivir de lleno el encierro si lo hizo descubrir que este tipo de realitys son verdaderos: “comienzas a extrañar muchísimo, tienes los sentimientos a flor de piel, no sabes que está pasando afuera, hay incertidumbre y no sabes ni qué hora es, dependes solo de la voz de Big Brother”.

Aunque Christopher asegura que le tomará tiempo el ponerse al corriente en su vida habitual y darse cuenta del impacto de Big Brother fuera de la casa, el ex concursante descata que está abierto para aprovechar las oportunidades que surjan tras esta experiencia: “no sé qué pasará, creo que ya soy una figura pública, sea bueno o malo, tengo ahorita fama y auge para sacar provecho de lo que venga”.