Viernes, 03 de Mayo 2024
Entretenimiento | Retrato del músico y compositor alemán Ludwig van Beethoven

Charlas con Charles Nath

Beethoven, en el Festival Cultural de Mayo

Por: EL INFORMADOR

Hay tanto que decir sobre lo ofrecido en el Festival Cultural de Mayo (FCM) esta semana que casi me quedo paralizado, sin poder decir nada. Primero, el concierto de la Filarmónica de Jalisco hoy, con la obra de Paul Hindemith, de quien hablé hace un par de semanas, y el Concierto para Cello de Antonin Dvorak, uno de los milagros de la música. Estoy completamente asombrado de que alguien haya podido concebir esta obra en su mente.

Por otra parte, el martes empieza el ciclo de las 32 sonatas para piano de Beethoven en la Fundación J. Álvarez del Castillo con el pianista Christian Leotta. En la segunda parte del programa vamos a escuchar dos obras que parecen de dos mundos diferentes: la Sonata No. 30, Op. 109 y la muy conocida Sonata No. 23, Op. 57, “Appasionata”. La Op. 109 invita a la mente a expandirse, primero por su forma. El primer movimiento dura unos tres minutos, el segundo alrededor de dos minutos y el último unos 13 minutos. Estamos acostumbrados a que los primeros movimientos de Beethoven son grandes y grandiosos, pero éste pasa como una brisa ligera, elegante, suave, fácil de olvidar, sin melodías memorables ni drama. Es algo que da la bienvenida a nuestra atención, no la exige. El segundo movimiento es una tormenta en tono menor, rápido, algo feroz, pero extremadamente breve.

Los primeros dos movimientos parecen existir nada más para preparar la mente para el tercer movimiento, una larga serie de variaciones en las cuales Beethoven realmente se expresa. Inicia con un tema lento y sereno, muy cálido, como si estuviera diciendo: “Ya no tienes que luchar ni sufrir más, ya estás en casa”. Si existe un cielo, seguramente tienen a alguien en la entrada tocando esta música. Luego, en las variaciones, Beethoven se aleja mucho del sentimiento del tema original e incluye algunas variaciones muy rápidas y brillantes. Después de las exploraciones fantásticas, la música regresa otra vez a la serenidad del inicio, esta vez incluso más emotivo. No hay que perderse esta joya musical.

Al terminar esta sonata hay que ajustar la mente rápidamente, porque entramos en el mundo de la época “heroica” de Beethoven en la Appasionata, una de sus más conocidas y dramáticas obras. Esta pieza fue escrita poco después de la súper dramática Sonata “Waldstein”, Op. 53 y la Tercera Sinfonía “Heroica”, Op. 55 y un poco antes de los también dramáticos y heroicos Cuartetos de Cuerdas “Razumowsky”, Op. 59, el segundo de los cuales, el Cuarteto “Vogler”, se va a presentar el 3 de junio. En todas las obras de Beethoven interpretadas durante el FCM, sería interesante poner atención en los números de opus y observar los diversos caracteres de las diferentes etapas de la vida del compositor.

El viernes 16 de mayo, la Filarmónica de Jalisco va a presentar la Octava Sinfonía, Op. 93 de Beethoven, escrita en 1812, el mismo año de la monumental Séptima, Op. 92. La Octava inicialmente fue despreciada, porque pareció revertir a un estilo más clásico y menos revolucionario. Es la única de las nueve sinfonías que no inicia con una introducción, simplemente se lanza con un tema jovial y enérgico. El segundo movimiento es divertido e irónico, muy al estilo Haydn. Ésta también es la única sinfonía de Beethoven que no tiene un “scherzo”, sino un “menuetto”, más lento y controlado, asociado con la aristocracia del siglo XVIII. Es cuando llegamos al último movimiento, convirtiéndose la sinfonía en una de las grandes. Por sus exploraciones armónicas y sus atrevidas sorpresas musicales, este movimiento da una conclusión emocionante a la sinfonía y la eleva a otro nivel.

charlesnath@gmail.com

EL INFORMADOR 11-05-08 IJALH

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