Arranca actividades el Corona Capital

CIUDAD DE MÉXICO (15/OCT/2011).- La amabilidad del Corona Fest se hizo patente este sábado en el arranque de actividades del encuentro de rock 2011 en el Autódromo Hermanos Rodríguez, para los visitantes que decidieron asistir a temprana hora para no perderse a los nuevos talentos de este género musical en el escenario Dizco Club Stage.  

El reto de ser los primeros lo inició la banda Little Ethiopía, integrada por José Solé y Santiago Gómez, dos adolescentes de 17 años que lograron congregar a más de 300 personas al pie del entarimado, a las que hicieron bailar con su propuesta retro de música electrónica y rock.  

Ambos jóvenes, comparados con otros grupos como Harlem, Surfer Blood o Smith Westerns, dieron lo mejor de sí al ejecutar los temas de su primer EP, todos ellos en inglés, en especial "Lies", que los presentes corearon de principio a fin.  

Otro concepto musical que jaló fue el proyecto solista Black Fo , también conocido como Black Forest, que encabeza Gustavo Mauricio Hernández Dávila, ex integrante de Zurdok.  

A base de secuencias electrónicas y sonidos de tambores, Hernández Dávila sumió al público en un ambiente introspectivo, al grado que muchos de los espectadores buscaron la sombra de los árboles para tenderse en el pasto, mientras los más aguantadores soportaron estoicamente al pie del escenario.  

Cabe destacar que Mauricio experimenta crear música a través de tornamesas, caseteras, guitarras, tambores y saxofones, entre otros elementos, para crear piezas musicales únicas, como "Head up", que duró varios minutos.  

Los que siguieron a Black Fo fue el quinteto conocido como El Cuarto, integrado por Nico, Teo, Chester, 3D, y Balo, quienes, pese al sol candente, llamaron la atención de los que buscaban simplemente música.  

La banda promocionó el segundo sencillo "La cosas han cambiado" y el tema "Minimal", el cual les abrió espacio en la radio, lo cual hizo que el público del Dizco Club Stage aumentara casi a 500 espectadores.  

El Corona Fest, en su segunda edición, mostró también su amabilidad con el público, al concentrar zonas específicas de comida y lugares con mesas y sillas cerca de cada escenario, cubiertas con carpas, para librar el sol, así como áreas de esparcimiento y conocimiento ecológico que la Secretaría de Turismo del gobierno federal instaló.