En busca del boleto a la Paralimpiada Nacional

GUADALAJARA, JALISCO (02/ABR/2015).- Con el apoyo de su familia, de sus entrenadores y amigos, Eliza Utrilla lleva una vida de triunfos deportivos más allá de su discapacidad.

La nadadora tapatía se prepara para la Paralimpiada Nacional, a efectuarse en Querétaro, en donde buscará sobresalir dentro de la categoría 16, en las pruebas de 100 metros dorso, 100 pecho, 150 libres y 100 libres. Aunque primero tendrá que conseguir su pase a la justa, el cual está casi amarrado.

“Nos estamos preparando para la Paralimpiada Nacional y en Semana Santa y Pascua aquí nos concentramos, hacemos doble sesión, obviamente los entrenamientos son más fuertes. Primero vamos a buscar la Paralimpiada y después voy mentalizada en ganar un oro en 100 metros dorso, que es mi prueba fuerte”, comentó Utrilla, quien forma parte del concentrado de atletas en estas dos semanas.

Su historial es bueno, por ello, el atrevimiento a pronunciar las altas expectativas que tiene para esta edición: “En 2010 gané récords a nivel nacional, en 100 metros dorso, 100 libres y 50 libres, obviamente pude obtener el oro”, recordó, y añadió que “después se me complicó un poco por cuestiones de la Federación en la organización, porque no había competidoras, así que ya no pude ganar más medallas en otros años”.

Ha llevado una vida de triunfos a pesar de su discapacidad. Eliza nació con espina bífida, una malformación congénita en la columna vertebral. Ha sido difícil, pero no imposible continuar con su vida gracias al apoyo que ha recibido por sus seres queridos.

“Sí ha sido un poco difícil, pero con el apoyo de todos se ha podido. Es muy importante el apoyo de tu familia para salir adelante. En mi casa nos ayudamos todos, tenemos las mismas responsabilidades”.

Asimismo, contó cómo fue que se unió al deporte. Una anécdota curiosa. “Conocí a quien fue mi primera entrenadora (Sheila Pérez Cortés) en una Primera Comunión, se me acercó y me invitó al equipo. Aunque resulta que yo le tenía mucho miedo al agua, pero poco a poco fui superándolo. La verdad le agradezco muchísimo, al principio me costó trabajo, porque casi a fuerza me metía a la alberca, pero si no fuera por ella y por mi familia, no estuviera aquí”.