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GUADALAJARA, JALISCO.- No hay necesidad de empolvarse las pestañas removiendo archivos pletóricos de telarañas, para documentar, con los pelos de la burra parda del adagio en la mano, la aseveración de que los futbolistas mexicanos, vía de regla, son extras y sólo excepcionalmente llegan a ser protagonistas en el futbol mexicano.
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Hoy mismo, todavía con la mirada de reojo en el retrovisor, lamentando las carencias atléticas, las deficiencias técnicas y la falta de personalidad que exhibieron los seleccionados mexicanos el sábado ante Jamaica, en Kingston, pero con la vista puesta en el compromiso de esta noche ante Canadá, en que debe asegurarse la participación en el hexagonal en que se adjudicarán los tres y medio boletos para el Mundial que la FIFA otorga generosamente a la zona de la Concacaf; hoy mismo, decíamos, aún se escuchan los ecos de la jornada del fin de semana anterior en canchas mexicanas...
Pocos habrán olvidado que el “Cóndor” Mendoza (peruano) logró su tercer doblete en México, y fue determinante en el triunfo del Morelia sobre el Toluca. A pocos les habrá pasado “de noche” que Gabriel Pereyra (argentino) colaboró con dos goles al empate a tres del Atlante frente a Ciudad Juárez..., o que los goles de Julio Aguilar y Pablo Zevallos (paraguayos) fueron decisivos en las victorias de Cruz Azul sobre Pumas y de Tigres sobre Tecos, respectivamente..., o que Itamar Batista y Christian Correa (brasileños) hicieron otro tanto en los triunfos de Jaguares sobre Necaxa y de Pachuca sobre Santos Laguna..., o que Alfredo Moreno (argentino) y Fabiano Pereira (brasileño) escribieron, con sus goles, la historia del América-Puebla con que se dio el cerrojazo a la jornada, el domingo por la tarde.
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La derrota del “Tri” ante Jamaica no debe ser motivo para que nadie se ate una piedra de molino y se arroje al río... entre otras cosas porque por aquí no se consiguen piedras de molino ni hay ningún río.
México (con Eriksson, sin Eriksson... o a pesar de Eriksson), debe conseguir hoy el resultado --victoria o empate-- que lo clasifique al hexagonal previo al Mundial del 2010. Ya mañana, con el boleto en la bolsa, podrá empezar a preocuparse por el dichoso hexagonal, primero, donde debe demostrar --como casi siempre-- su nivel de competencia... y por el Mundial, después, donde es de temerse que exhiba --como siempre-- su nivel de incompetencia.