Viernes, 10 de Octubre 2025
Deportes | A propósito, por Jaime García Elías

* “Lotería”

A propósito, por Jaime García Elías

Por: EL INFORMADOR

Refiere Enrique Vila-Matas (“El País”, Madrid, VI-24-08) que el domingo, en ocasión del partido Italia-España en cuartos de final de la Eurocopa, un amigo suyo, literalmente, se jugó la vida. Literalmente...

El tipo, español de origen, reside en Nueva York. Para presenciar el partido, se metió a un bar de “Little Italy”. Cuando Cesc acertó en el penalty decisivo y disipó los fantasmas acumulados a lo largo de décadas de frustraciones, no hubo una fracción de segundo para la duda. Aun rodeado de las caras más hostiles con que podría encontrarse sobre la faz de la tierra, y aun a sabiendas de que detrás de cada una había un asesino en potencia, el tipo, incontinente, aplaudió... Si hubiera tenido que pagarlo con la vida, habría valido la pena.

Sin embargo, el epílogo de la historia fue mucho mejor. Primero, los potenciales esbirros de Don Corleone, en un gesto de deportivismo rayando en el heroísmo, le perdonaron la vida. Segundo --y esa fue la cereza en el helado--, el dueño del establecimiento se negó a cobrarle la cuenta.

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El desenlace de ese partido generó las previsibles reacciones. Por un lado, el técnico italiano, Roberto Donadoni, se refugió en la consabida aseveración de que “los penalties son una lotería”. Por el otro, su colega español, Luis Aragonés, tomó las cosas con filosofía: entendido de que de nada sirve ganar a Italia en cuartos de final si se pierde ante Rusia en semifinales, se limitó a decir que se había ganado “una pequeña batalla”; no la guerra. O sea, con un barril de crema a su disposición para echársela a sus tacos, reviró con un “No, gracias...”.

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Los verdaderos expertos, mientras tanto, repasaban el estudio “Actuaciones bajo presión en el ámbito laboral”, de Ignacio-Palacios Huerta y José Apesteguía. “Se dice que los penalties son una lotería --escriben--, y está demostrado que eso es ciento por ciento falso”. Los autores sostienen que hay una presión sicológica devastadora sobre los futbolistas profesionales frente a una labor teóricamente sencilla para ellos como es pegarle al balón. La presión, por un lado, del estadio; la presión, por la otra, de ir detrás. “Por eso los que saben, animados por la perspectiva de ir adelante, siempre eligen siempre tirar primero”, dice el documento.

(La próxima edición del estudio de referencia ya tiene lista un corolario: “Todos... excepto Buffón”).

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