* Jornada aciaga

Romper el solemne voto de silencio que públicamente se había hecho unos días antes, para anunciar “urbi et orbi” —enfática y reiterativamente, además— que “Paco Ramírez se queda al frente del equipo hasta el final del campeonato”, y anunciar, en cuanto el siguiente resultado demostró que el Guadalajara es uno en la imaginación de sus dirigentes y otro muy diferente en la cancha, sugiere que en el “chiverío” con la mano en la cintura se sacrifican las convicciones en aras de las contingencias.

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Independientemente de que la designación de Paco como timonel del “Rebaño” fue, a todas luces, un capricho, primero porque no había detrás de él un historial que lo respaldara y luego porque, salvo un triunfo sobre un América lamentable en ese tiempo, los resultados se negaron a avalarlo, se antoja que el cese disfrazado de renuncia también fue un capricho.

Ahí, salvo prueba en contrario, se buscó un chivo expiatorio, de la misma manera que hace unas semanas, cuando ya se barruntaba la crisis actual, se tuvo a bien encomendar el mismo triste papel al “Venado” Medina, exhibiéndolo como indisciplinado y como “el malo de la película”.

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El Atlas, mientras tanto, perdió, a su más puro estilo, en tiempo de compensación, ante el Cruz Azul, un partido que planteó con mentalidad de equipo chico... pero que, por esas peculiaridades que tiene el futbol, muy bien pudo haber ganado, si Chuy Corona, mediante un par de sobresalientes lances, no hubiera bajado la cortina.

Sin el “Turbo” Vargas —una nulidad absoluta como goleador y, en consecuencia, un fiasco en esta temporada— en la alineación, Ricardo La Volpe prefirió improvisar a Osorno como centro delantero, antes de dar la oportunidad a la “Pulga” Ríos de demostrar que tiene argumentos para justificar su contratación...

Al final de cuentas, ambos naufragaron en toda la línea. Y el Atlas, que había tenido los tiros de esquina y las incorporaciones de los centrales para buscar el remate como el único recurso estimable en el aspecto ofensivo, terminó perdiendo el partido... por la misma vía.

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Y para redondear una jornada aciaga para los equipos tapatíos, los “Tecos” fueron incapaces de meter las manos para evitar una masacre ante el América. La anulación de un gol, primero, fue un golpe mortal, y la expulsión de Marioni, minutos más tarde, fue la puntilla para sus exiguas posibilidades.