* Intentona

Hasta ahora han sido pobres, en general, los resultados de los ocasionales afanes por provocar un romance entre la Selección Mexicana y el público de Guadalajara.
A la intentona de esta noche, con el nuevo estadio de las Chivas como escenario y con el equipo nacional de Ecuador como sinodal, no se le puede pronosticar, al menos en teoría, un éxito clamoroso.


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Hay un par de aspectos a favor de la promoción...
Uno, la relativa novedad que sigue siendo el “templo mayor”, como se llamaba en sus inicios al flamante estadio; los aficionados que aún no lo conocen, quieren tener esa experiencia; quienes ya la vivieron, aunque se la piensan por las molestias consabidas --el precio de los boletos, los desplazamientos, los atascos viales...--, aspiran a repetirla porque el estadio, en sí mismo, es un “show” aparte.

Otro, la presencia de una mayoría de jugadores “made in Jalisco” en el equipo nacional que se vislumbra como titular: “Maza” Rodríguez, Salcido, Guardado, Márquez, Vela y “Chicharito” Hernández; amén, claro, del técnico --interino y todo-- Efraín Flores.



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En compensación, al margen de los precios --en dinero y en contrariedades-- que implica la aventura, hay también un par de puntos en contra...

Uno, que el encuentro programado para esta noche y metido a martillazos en la agenda del nuevo feudo del Guadalajara, se antoja intrascendente en grado superlativo.

Otro, que Ecuador --con todo el respeto que como país merece-- dista mucho de ser un atractivo de taquilla, porque carece de figuras de renombre, porque carece de “pedigrí” en el mundo del futbol (no es ni sombra de lo que son Brasil, Argentina, Uruguay, y ni siquiera de lo que ocasionalmente llegan a ser Chile, Paraguay, Colombia o Perú), y porque no hay, en fin, un historial de confrontaciones directas que llame la atención.


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Vaya: precisamente porque los partidos contra Ecuador, esta noche, y Colombia, el martes, parecen metidos a fuerzas en el calendario, cuando aún no hay un plan de trabajo ni un programa de compromisos de la Selección, cualquiera diría que uno y otro son hermanos carnales del que se disputó el mes pasado ante España... con la diferencia de que los rivales en turno, a partir de cualquier elemento de juicio que se utilice para calibrar su poder de convocatoria, no le llegan ni a los talones a la “Furia Roja”.