* Futbol devaluado

Noticias --de alguna manera hay que llamarlas...-- como la victoria de los “Pumas” sobre el Comunicaciones de Guatemala o la del Cruz Azul sobre el Saprissa de Costa Rica, en México no hacen feliz a nadie. Ni los expertos se deshacen en elogios a los héroes de tales “epopeyas”, ni los seguidores de los equipos mexicanos se lanzan a la calle, eufóricos, a celebrarlas...

Derrotas como la del Pachuca ante un equipo panameño, absolutamente desconocido en México, denominado “Árabe Unido”, en cambio, quiérase que no, lastiman el orgullo. Al margen de la humillación de que “El equipo de México” (como llamaron sus desorbitados dirigentes a los “Tuzos” en alguna de sus recientes temporadas de Vacas Gordas) mordiera el polvo ante un rival tan poco calificado, tan carente de jerarquía internacional, tan desprovisto de pedigrí, está el hecho de que tampoco la frustrada victoria hubiera sido noticia en México.

*

Se comprende: de la misma manera que hay torneos --como hay, en otros terrenos, plazas de toros-- que “dan y quitan”, hay otros a los que viene a la medida la frase que se atribuía a cierto Presidente de la República: “Ni nos benefician ni nos perjudican, sino todo lo contrario”. La Copa Libertadores y la Copa Sudamericana, de las que los equipos mexicanos están siendo marginados a partir de que, so pretexto de la epidemia de influenza, desde Brasil y Uruguay se cancelaron los partidos de los Guadalajara y San Luis, son de los primeros. La Liga de Campeones de la Concacaf --no se sabe si pomposa o socarronamente llamada, a nivel aldeano, “Concachampions”-- es de los segundos.

La incapacidad --por lo menos hasta ahora-- de los dirigentes y de los empresarios que están detrás del futbol mexicano, para recomponer lo que se descompuso hace algunos meses, y para conseguir, mediante los consabidos cabildeos, que continuara el roce sistemático con los equipos sudamericanos de primera línea (argentinos y brasileños, muy particularmente, porque alternar con ellos da “glamour” a cualquiera), tiene que pagarse a este precio: al de tener que cacarear triunfos como el de los “Pumas” sobre Comunicaciones o el del Cruz Azul sobre el Saprissa, a sabiendas de que el cacareo resultará fastidioso para todo el vecindario... o apechugar con derrotas como la del Pachuca ante el “Árabe Unido” de Panamá (¡háganos usted el c. favor...!), a la voz de “¡Trágame, tierra!”.