* Chicharito

Nadie tiene una esfera de cristal que permita anticipar el futuro del "Chicharito" Hernández. De la misma manera que sería aventurado dar por hecho que triunfará en el Manchester United o que reeditará las hazañas de Hugo Sánchez con el Real Madrid y las de Rafael Márquez con el Mónaco y el Barcelona, sería necio --por decir lo menos-- cancelar de antemano la posibilidad de que así sea.

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De entrada hay que subrayar que la noticia del día no es un petardo como el de hace algunos años, cuando algunos medios, para ilustrar una nota inconsistente --por no decir que un "borrego", como se les denomina en la jerga periodística--, se valieron de burdas composiciones fotográficas para ilustrar la noticia de que Pedro Pineda (un atacante cuyo nivel de competencia lo llevó a ser un contumaz aprendiz de trotamundos, que pasó por ocho o diez equipos mexicanos... sin dejar huella en ninguno) se iba, supuestamente, al Milan.

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Si uno de los grandes clubes del futbol inglés y del futbol mundial puso el ojo en un jugador bisoño, mexicano, cuya historia en las canchas está en una etapa incipiente, es, sin duda, porque sus acuciosos buscadores de talentos ya llegaron a la conclusión de que se trata --sin ánimo de ofender-- de un diamante en bruto.

Javier, en teoría, tiene, por su corta edad y por las facultades que ha exhibido desde que se ganó, a la ley de sus goles, una plaza de titular con el Guadalajara, mucho más futuro que pasado. Si el Manchester United (el Real Madrid del futbol inglés, si se permite la comparación) se decidió a contratarlo desde ahora, es porque consideró pertinente apostar a la posibilidad de que el "Chicharito" cumpla un papel descollante en el Mundial en puerta. De consumarse esa posibilidad, su carta se revaloraría de manera significativa. La inversión, en consecuencia, se habría justificado... antes, incluso, de que el joven atacante se enfunde por primera vez, ya en la cancha, la camiseta del que será su próximo equipo.

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Como futbolista, Javier ya demostró que tiene la onza de oro en la mano. Como persona, la influencia familiar --su abuelo, su padre, que también fueron futbolistas...-- es una garantía de que tiene los pies bien puestos sobre la tierra... y algo más que engrudo (como otros que andan por ahí) en la cabeza.