* Abolengo

En lo que el tiempo, la ciencia médica y la fortaleza de Salvador Cabañas hacen equipo para que el episodio que desde el lunes mantiene conmocionada a toda la familia futbolera, se resuelva en el despertar de una  pesadilla, se cumple el proverbio: “El espectáculo debe continuar...”.

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Así, las miradas estarán puestas, hoy, en los afanes de los ahora llamados “Estudiantes Tecos”, ante un rival supuestamente de medio pelo como es el Juan Aurich, en pos del boleto para la edición 2010 de la Copa Libertadores: un certamen en que se dice que la modestia del adversario en turno de las huestes del “Piojo” Herrera, por una parte, y la inopinada ausencia de habituales protagonistas --Boca Juniors y River Plate “por sus siglas en inglés”--, por la otra, no sólo abre las puertas sino coloca alfombra, floreros y candiles a los equipos mexicanos que, finalmente, tomaron por asalto una competencia de la que antaño se les marginaba sistemáticamente.
Así sea.

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En lo que empieza a despejarse esa incógnita, vale la pena reparar en un aspecto en que Guadalajara y Atlas, según se desprende de su actuación y de sus resultados en las dos primeras jornadas del Torneo Bicentenario, se parecen bastante...
El punto de contacto es que ambos han tenido sendos jugadores sobresalientes en sus alineaciones en los compromisos cumplidos hasta ahora: en una esquina, Javier “Chicharito” Hernández; en la otra, Miguel Zepeda.

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Los cuatro goles del primero en dos partidos disputados hasta ahora por las “Chivas”, han hecho olvidar el melodrama que se escenificó, como preámbulo del torneo, en torno a Ramón Morales. Además, han sido determinantes en la obtención de puntos que ya tienen al equipo más popular de México viendo por encima del hombro al resto de los elencos, desde la cima de la clasificación general.
El “triplete” del segundo en el encuentro del sábado anterior ante el Monterrey, dio pie a la campanada espectacular de los rojinegros --con justa fama de “gitanos”, desde tiempo inmemorial-- al poner el cascabel nada menos que al campeón defensor.

A cambio de la semejanza en lo que hace al protagonismo de Javier y Miguel, hay una diferencia radical: que el primero, al margen de su estirpe futbolera --el padre y el abuelo...--, tiene más futuro que pasado; el segundo --por más que duela decirlo...--, más pasado que futuro.