Viernes, 17 de Octubre 2025
Cultura | En sólo año y medio, los jóvenes y niños dominan los instrumentos con maestría

Pequeños músicos, grandes intérpretes

El concierto de Orquestas, Coros y Bandas Sinfónicas de la Secretaría de Educación Jalisco registró una gran entrada en el Teatro Degollado

Por: EL INFORMADOR

Cerca de 400 niños y jóvenes entre siete y 18 años que forman parte de las Orquestas, Coros y Bandas Sinfónicas de la SEJ. EL INFORMADOR /

Cerca de 400 niños y jóvenes entre siete y 18 años que forman parte de las Orquestas, Coros y Bandas Sinfónicas de la SEJ. EL INFORMADOR /

GUADALAJARA, JALISCO (31/JUL/2013).- Los asientos vacíos en el Teatro Degollado podían contarse con los dedos de las manos, y eso que este lunes 29 de julio no tocó ni la Orquesta Filarmónica de Jalisco ni se presentó en la ciudad un espectáculo extranjero.

Los artistas en escena eran cerca de 400 niños y jóvenes entre siete y 18 años: pequeños aprendices del violín, el chelo, la flauta, el clarinete, el contrabajo, las percusiones y el canto, que forman parte de las Orquestas, Coros y Bandas Sinfónicas de la Secretaría de Educación Jalisco (SEJ).

También son estudiantes de alto rendimiento en los niveles de primaria, secundaria y educación media superior, como se encargó de anunciar la grave voz del maestro de ceremonias, luego de que la Banda de Alientos interpretara piezas conocidas por todos: Misión Imposible, de Lalo Schifrin; La Pantera Rosa, de Henry Mancini; y Brasil, de Ary Barroso.

Al ritmo de esta última fueron saliendo los integrantes del primer conjunto con sus trajes azules de banda de marcha, y guiados por el director artístico del proyecto, Marlon Jiménez Patiño.

Los percusionistas mantuvieron el ritmo de la batucada y algunos de los chicos mostraron también sus habilidades de baile antes de dejar el escenario, mientras los orgullosos padres, abuelos, tíos, hermanos y primos, se desvivían en aplausos desde las butacas del teatro, sin perder oportunidad de llevarse el recuerdo en varias fotografías.

Y no era para menos, ya que hasta hace aproximadamente un año y medio, la mayoría de estos niños y jóvenes no habían tenido en sus manos un instrumento ¿Cómo es posible -entonces- que siete de los más bajitos de la Orquesta Infantil interpretaran en solo la melodía de La Llorona; y que, minutos más tarde, se escuchara el primer movimiento de la célebre 5ta Sinfonía de Beethoven tocado enérgicamente por la Orquesta Juvenil?

El secreto es que se trata de “un programa relámpago”, explicó el profesor de violín Sergio Caratachea antes del inicio del concierto. Su nombre es Aprender Escuchando, y al enfocarse en enseñar las melodías y los movimientos corporales, antes que las notas o la lectura del pentagrama, los chicos pueden estar tocando en cuestión de dos meses.

Los niños de hoy “vienen acelerados” y su hábil manejo de la tecnología les permite aprender a paso veloz, dijo por su parte Marlon Jiménez Patiño.

“Cuando yo era joven era complicado hasta conseguir los discos, y ahora los niños se meten a YouTube y en un ratito encuentran todo”, recordó el también director de Proyectos Culturales de la SEJ.

El originario de Ecuador, pero naturalizado mexicano, es responsable en gran medida de la existencia de este proyecto que financia el Gobierno del estado a través de su Secretaría de Educación, con el objetivo de promover el desarrollo integral de los jóvenes jaliscienses.

Y aunque no busca formar a la nueva de generación de músicos, sino que los pequeños inviertan su tiempo en una actividad positiva, Jiménez está convencido de que, en este tiempo, “el nivel ha mejorado muchísimo” y que “los resultados son maravillosos”.

Ni los instrumentos ni las clases tienen costo alguno para los más de 700 niños que en total forman parte del programa. A cambio, se les pide, únicamente, que tengan disciplina y que mantengan sus buenas calificaciones en la escuela.

Crónica de un concierto

Tras bambalinas, a punto de comenzar el recital, el ambiente se notaba un tanto desordenado: papás que llegaban apurados a dejar a sus hijos por la puerta trasera; niños y jóvenes desplazándose en filas o platicando en bolitas; músicos afinando sus instrumentos y otros tocando alguna melodía, contribuyendo a saturar el ambiente con diversos sonidos.

Pero una vez en el escenario, todos seguían disciplinados las instrucciones del director de orquesta en turno, ya fuera el maestro Marlon, u otros como los maestros Juan Ramón Aceves y Felipe de Jesús Díaz.

Después del intermedio, la Orquesta Juvenil interpretó piezas como Sensemayá, de Silvestre Revueltas y Danzón no. 2 de Arturo Márquez, y a continuación, ya para cerrar el concierto, se unieron a los músicos los pequeños cantores del Coro Xaliscanto, el Coro de la Escuela Emiliano Zapata, el Coro Isabel la Católica, el Coro Infantil Tapatío y el Coro Xochiquetzal.

Entonaron Guerreros de Luz, de Paco Padilla; Los Bosques de Viene, de Johan Strauss; y una letra creada por el maestro Pascual González que lleva como melodía el Huapango de José Pablo Moncayo.

PERFILES

Tras los pasos de papá

Los hermanos Dalia Vanessa y Raúl Guzmán, tienen 9 y 13 años respectivamente, y escogieron tocar el violín porque su papá toca el mismo instrumento. Él los ayuda a repasar sus tareas luego de que, todos los lunes, asisten a clases con el maestro Sergio Caratachea. La pequeña Dalia se confiesa nerviosa antes de pisar el escenario, y es que junto a otros chiquitos de su edad, ella es parte del grupo que se encarga de tocar el solo de La Llorona. Raúl está tranquilo, porque no es la primera vez que se va a enfrentar al público: el año pasado tocó en este teatro y hace unos meses en el Festival Papirolas. Es él quien no duda en afirmar que, como su papá, los dos hermanos van para músicos.

Primeros violines


Luis Martínez, Chuy Vargas, Lorena Caratachea y Daniela Barrón, de 16 años, forman parte de la sección de primeros violines en la Orquesta Juvenil, aunque también participan en la Orquesta Infantil para reforzar el sonido. Chuy empezó a tocar a los 13 en clases particulares y quiere seguir su carrera en la música, de preferencia tocando en un mariachi. Lorena, al contrario, dice que el violín es sólo un pasatiempo, pues desde ahora se enfila para realizar sus estudios superiores en medicina forense. Daniela Barrón es una estudiante sobresaliente, con promedio de 9.6, y también considera a la música como un hobbie.

Las hermanas Muro

Empezaron sus clases de chelo en octubre el año pasado, y siete meses después ya habían sido seleccionadas para formar parte de la Orquesta Infantil.

Ellas son las hermanas Fanny y Merari Muro, de 17 y 15 años respectivamente, quienes eligieron este instrumento —ni tan grave como el contrabajo, ni tan agudo como el violín— por la profundidad de su sonido y la variedad de tonalidades. Ellas van a clases todos los sábados, y se consideran suertudas por formar parte de un proyecto de esta magnitud.

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