* ENTRE LA NIÑEZ Y LA VEJEZ HAY SÓLO UN SEGUNDO QUE SE LLAMA VIDA“Cuando las personas débiles de la sociedad están en peligro, todos debemos sentirnos vulnerables”.Casi sin pensarlo llegó septiembre, el noveno mes del 2018, los años se acumulan con mayor velocidad y permiten meditar más que de costumbre, que entre la niñez y la vejez hay sólo un segundo que se llama vida.Caminando a través de ella se presentan problemas y dificultades que hay que superar, se trata de tomar decisiones, buenas o malas y responsabilizarse de ellas.En estos tiempos de consumismo y materialismo, ha llegado un tremendo vacío a los corazones… El internet, los espectáculos y programas de televisión, traen breves chispazos de gozo, pero nos deja un corazón vacío de Dios.En este corto viaje de la vida, está en nosotros el hacer más llevadera la existencia de quienes sufren todo tipo de carencias.En nuestro entorno, no se nos pide que demos nuestras vidas para que otro se salve, sin embargo, sí está a nuestro alcance mostrar el amor al prójimo de muchas maneras.Afortunadamente existen personas preocupadas y dedicadas por los que menos tienen. La UNIDAD ASISTENCIAL PARA PERSONAS INDIGENTES (UAPI) fue fundada en 1966 por el DR. JUAN I MENCHACA y el INSTITUTO JALISCIENSE DE ASISTENCIA SOCIAL (IJAS), con la finalidad de proporcionar atención integral a personas en situación de calle; ofrece techo, alimento, vestimenta, servicio médico y psicológico a personas que no cuentan con hogar ni con familia a consecuencia del rechazo social, las adiciones, el desempleo o el abandono familiar.Atiende a 250 personas de los 18 años en adelante, la mayoría con discapacidad intelectual y desorden mental… De gran número se desconoce su nombre, edad y lugar de nacimiento.El IJAS es una institución única en México, por más de 50 años se ha consolidado como el organismo público que representa la beneficencia pública.La UAPI es la única institución en América Latina con este modelo de atención, brindando herramientas para la recuperación de auto cuidado y poder lograr la estabilidad física y mental para devolverles la dignidad como personas.Ojalá que dentro de nuestro proyecto de vida esté contemplado ayudar al prójimo que duerme sin un techo, a los que no tienen oportunidades, a los olvidados. Eso es lo que debería preocuparnos y ocuparnos en este segundo que se llama vida.
