Cuando comienza a llover, manejar se vuelve una tarea mucho más compleja de lo habitual. La presencia de agua no solo reduce la visibilidad y exige mayor atención, sino que también puede provocar una de las situaciones más riesgosas al volante: el aquaplaning, también conocido como hidroplaneo.Este fenómeno, frecuente durante tormentas intensas, puede presentarse de forma repentina y comprometer seriamente la estabilidad del vehículo, tanto en zonas urbanas como en rutas o autopistas.El hidroplaneo sucede cuando se acumula agua en la superficie del camino y los neumáticos no logran desalojarla a tiempo. En consecuencia, el auto pierde contacto con el asfalto y comienza a deslizarse literalmente sobre una capa de agua, como si flotara. La sensación que experimenta el automovilista es muy similar a la de patinar sobre hielo: el volante se siente liviano, la respuesta de dirección se vuelve imprecisa y el control general del vehículo disminuye para mal.La mejor forma de enfrentar el riesgo de hidroplaneo es manejar con cautela y, sobre todo, no ser atrabancados. Además de manejar con precaución, es fundamental realizar un mantenimiento preventivo del vehículo. *Mantente al día con las noticias, únete a nuestro canal de WhatsApp. AO