Miguel Córdoba se ha convertido en una sensación en las redes sociales luego de compartir su reflexión tras el accidente acontentecido la noche del lunes en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México.El joven, en condición de calle, fue entrevistado en las inmediaciones del siniestro y relató lo que vivió al presenciar el hecho.Miguel contó que pernocta debajo del puente, en las cercanías de las estaciones Olivos y Tezonco, luego de recolectar botellas y latas por las que obtiene entre 20 y 30 pesos diarios para su subsistencia; estando acostado alrededor de las 09:30 de la noche del lunes, con otras personas, tiempo después escuchó "como si tronara un fierro; se cimbró la banqueta" y todos salieron corriendo sin siquiera tomar sus pertenencias. "Íbamos corriendo y nos caímos porque se vino el cimbradero grande y se vio cómo se vino el Metro hacia abajo, en dos", declaró el joven y agregó: "Se hundió, una desesperación de gente horrible que no le deseo a nadie que lo vea". Miguel compartió que lo que vivió fue horrible y "gracias a la bendición de Dios, sigo vivo". Además de su confesión sobre su experiencia en la tragedia, quizás lo que movió más las respuestas de los usuarios de redes sociales fue la reflexión que Miguel hizo sobre las causas del accidentes en el Metro que, hasta el momento, ha dejado como saldo 25 personas fallecidas y 38 hospitalizados, tras que 31 fueron dados de altas la mañana de este miércoles."Hay gente que a lo mejor no se despidió de su familia y por una idiotez, y perdón lo digo así, por una idiotez de nuestras autoridades que quieren llevarse un dinero en la bolsa compran materiales de mala calidad ¡Y ahí están las consecuencias! Y ahorita vienen las elecciones y se van a echar la bolita unos a otros ¿Y los que pagamos?", externó Miguel.Rápidamente, usuarios de redes sociales comenzaron a compartir la declaración del hombre, reconociendo su capacidad para hablar de lo que sucede en México, más allá de discursos oficiales, ruedas de prensa o boletines informativos. Miguel reprochó "que hay gente que juega con la vida de los demás", mientras otros, como él, "siempre buscándole" se ganan la vida honradamente. Él gana entre 20 o 30 pesos diarios en el reciclaje de materiales, consume sus alimentos en un comedor comunitario donde le cobran 11 pesos y así vive."Anoche era una desesperación de los niños y de la gente que gritaba cuando se vino abajo. ¡Horrible! No me lo van a contar porque yo lo vi", concluyó Miguel. OA
