Viernes, 29 de Marzo 2024

Una mujer de lucha

Con 40 años, Rosalba enfrentó la noticia de padecer cáncer de mama; ahora sigue adelante y tiene retos por superar

Por: El Informador

Guerrera. Rosalba Ochoa enfrentó a la enfermedad hace un año. EL INFORMADOR/E. Esparza

Guerrera. Rosalba Ochoa enfrentó a la enfermedad hace un año. EL INFORMADOR/E. Esparza

Rosalba Ochoa es una mujer de 40 años, es abogada, trabaja en un juzgado familiar y ha tenido una fuerte experiencia con la vida, de la que ha salido airosa y con paso fuerte. Hace dos años le detectaron cáncer de mama, se enfrentó a la muerte, superó la enfermedad y hoy retoma su vida cotidiana.  

Rosalba tenía supervisiones en su salud porque había antecedentes de cáncer en su familia, su madre falleció a consecuencia de la enfermedad. “Yo me supervisaba, ya tenía tiempo porque tenía una bolita, acudí con un médico de una institución pública y éste me dijo que me tenía que hacer una biopsia, y a mí me sorprendió; lo comenté con mi hermana, acudo con otro doctor que me manda a hacer otros estudios porque le resultaba raro que me derivaran a hacerme una biopsia sin más estudios de por medio”.

Ella fue a un laboratorio para realizarse estudios radiológicos, le practican una mamografía y se avisa de una lesión papilar. Le hicieron tres estudios más, y una médico le dijo que la consistencia del tejido no le parecía normal; tuvo que realizarse  la biopsia. Cuando le entregan el resultado sale positivo a cáncer: “Ahí comenzó mi proceso, me detectaron el cáncer de mama un 16 de octubre del 2015. Me sometí a una mastectomía radical, extirparon todo el tumor, aunque era un cáncer ductal –esto quiere decir que se encontraba en los conductos de todo el seno– por eso la decisión mía de someterme a la mastectomía”.

Por el antecedente y la carga genética que tiene Rosalba, le recomendaron también llevar quimioterapia, un ciclo de seis sesiones. “En enero del 2016 empecé ese proceso y concluyó en julio. Cuando te detectan una enfermedad así, te saturas de información, primero te dicen que debes tomar muchas decisiones en poco tiempo, después de la biopsia me decían que tenía seis semanas para tomar una decisión de lo que iba a hacer, porque después de que punzan el tumor, las células cancerígenas pueden migrar a otros órganos. Entonces, tienes el tiempo encima y no sabes si lo que decides sea lo más correcto o más viable para tu salud”.

Una vida más sana

Para Rosalba, ésta fue una noticia que trató de asimilar, pero que no dejó de causar un impacto tremendo a ella y a su familia. “Tuve el apoyo incondicional de mis hermanos y de mi papá, mis compañeras de trabajo en ese entonces. No estoy en la posición de no tomar terapia, yo creo que posiblemente sí, todo en esta vida es una pérdida, y el cáncer es una enfermedad que causa estragos en tu vida”, menciona Rosalba, que no se ha sometido a ayuda psicológica.

Lo más complicado fue incapacitarse por mucho tiempo mientras se sometía a su tratamiento, pues permaneció sin trabajar hasta agosto del 2016, casi un año después de ser diagnosticada. “El tratamiento de la quimioterapia es tremendo, se te cae el cabello, hay estragos físicos como el vómito, las náuseas, dolor de huesos, incluso hasta la fecha todavía siguen doliéndome los tobillos, las rodillas… Tu vida cambia radicalmente, con mi brazo izquierdo, por ejemplo, no debo cargar nada, ni hacer esfuerzo, la alimentación cambia, antes yo era muy trasnochada y ahora si estoy cansada quiero dormir”.

Rosalba ahora trata de comer más verduras, beber menos café, cuidar su alimentación lo mejor que se pueda. Una de las grandes ventajas para ella fue que su tratamiento fue cubierto por un seguro médico de gastos mayores con el que contaba. “Gracias a Dios tuve esta oportunidad, pero dentro de lo que cabe y de las posibilidades de la institución pública a mí me ha tocado muy buena suerte. Yo ahora sólo acudo a supervisión, incluso ahora estoy en etapa de reconstrucción”.

Recomenzar la vida

Rosalba ya se sometió a otra cirugía para la colocación de un expansor, una especie de implante que no tiene volumen, pero que es suministrado por medio de una solución inyectable, “estoy programando en el mes de noviembre, si puedo, someterme a la segunda etapa de cirugía reconstructiva”.

Ella reconoce que no es una decisión fácil someterse a una cirugía cuando se sabe que hay cáncer. “Las mujeres no sólo somos pechos, es preservar la vida, valorar, te van a quitar un seno o ambos, pero continuarás viviendo con una buena calidad de vida. También mucho depende de la cuestión cultural, no se quita la feminidad y no se te quita lo buena persona”.

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