Su propósito es proteger a peatones y ciclistas de los vehículos, pero bolardos como los instalados en Periférico y avenida Inglaterra fueron aplastados rápidamente, y los pequeños rellenos de hielo seco que se colocaron con la misma intención en la zona del vestir, en Medrano, de plano ya fueron arrancados. Actualmente, en toda la metrópoli se instalan cientos de postes diseñados sin una norma técnica, pues ésta no existe aún, reconoció Ollin Monroy, quien es titular del Observatorio de Movilidad. No obstante, el Manual de Calles de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) tiene un apartado sobre las características de los bolardos, el cual toman como base actualmente. “No es una norma en sí; es más bien una guía”. Monroy consideró que sí es necesaria una norma técnica y revisar el diseño de las obras, sobre todo aquellas en donde estos dispositivos han sufrido mucho daño. Jesús Carlos Soto, director de Movilidad de Zapopan, constató que sin dicha norma consultan el Manual de Calles, pero coincidió en que ésta se requiere para que los bolardos garanticen la seguridad peatonal y permitan el radio de giro de los vehículos, como los de Inglaterra y Periférico.“Puede ser que uno haya quedado mal colocado fuera del radio de giro; se debe supervisar durante la construcción para corregirse o previo a la entrega de la obra al municipio”. Libertad Zavala, su homóloga en Guadalajara, garantizó que siempre buscan que la infraestructura que instalan sea la más adecuada, pero sí se requiere un manual local para clarificar qué bolardo corresponde a cada espacio. Mario Silva, director del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), anunció que ya se planteó esa norma, la cual contemplará no sólo los bolardos sino el resto de equipamiento para movilidad, y que ésta puede concluirse en menos de un año. Además, se revisará si se requiere un censo de bolardos. Monroy insistió en que los conductores deben ser conscientes de que los postes son necesarios para proteger vidas. “Una reflexión que hacemos es que, si no viste un bolardo con reflectantes, tampoco hubieras visto a un niño”, concluyó.
