El gremio de los productores de la pirotecnia en el Estado de Jalisco pidió a la ciudadanía y a las autoridades "no satanizar" el uso de este tipo de productos, que son considerados, según refirieron, parte de la cultura y las tradiciones mexicanas.De acuerdo con el presidente de la Unión de Pirotécnicos del Estado de Jalisco, Miguel Zamora Nuño, es la falta de conocimiento de parte de la ciudadanía y las descalificaciones compartidas a través de las redes sociales, lo que contribuye a la mala imagen del gremio, cuando en realidad es el mal manejo que se le da a la pirotecnia lo que ocasiona los accidentes.Zamora Nuño explicó que en Jalisco hay poco más de 300 pirotécnicos y que gracias a este negocio cerca de 20 mil familias se ven beneficiadas económicamente, desde los distribuidores de materias primas, productores y transportistas, hasta los vendedores del mismo.Sin embargo, aseguró que en el Estado hay también al menos 16 talleres fuera de norma y a quienes ya han invitado a la Unión de Pirotécnicos para ayudarlos con capacitaciones, con la finalidad de que brinden mejores productos que cumplan con la calidad requerida, sin embargo, hasta el momento no han aceptado sumarse.Añadió que la Unión ha solicitado en diversas ocasiones reuniones de trabajo con las autoridades municipales y estatales para llegar a un acuerdo sobre la reglamentación necesaria para su operación, pues consideran que hasta ahora los estatutos en la materia tienen diversas lagunas.Lo anterior permite que, por ejemplo, la pirotecnia sea guardada en lugares no adecuados para su almacenamiento, lo que pone en riesgo a la ciudadanía, sin embargo, aún no hay apertura de su parte."Los reglamentos de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque prohíben la venta de pirotecnia en espacios abiertos, pero esto no permite que puedan entrar a las casas donde la guardan", señaló.Por último, y como una demostración de su voluntad para aportar a la ciudadanía en el ámbito ecológico, el presidente aseguró que el gremio ya realiza pruebas para disminuir los decibeles del estruendo de los cuetes "tronadores" (los cuales suelen ser lanzados durante el día sin los destellos de colores), pasando de 240 decibeles a hasta 140, con la finalidad de que no se pierda la tradición, pero que tampoco se afecte a la calidad auditiva de la ciudad.OB
