Viernes, 26 de Abril 2024

Persiste la inseguridad por robos en el Jardín Botánico

El espacio renovado en diciembre pasado es elegido por personas en situación de calle para pasar la noche, transeúntes y comerciantes reportan ser víctimas de delitos

Por: El Informador

Sólo entre enero y agosto se han registrado seis robos en el Jardín Botánico; el año pasado fueron siete. EL INFORMADOR/E. Barrera

Sólo entre enero y agosto se han registrado seis robos en el Jardín Botánico; el año pasado fueron siete. EL INFORMADOR/E. Barrera

Hasta agosto se habían presentado seis robos en el Jardín Botánico ubicado frente al Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”. Esto es apenas un caso menos que el total de siete que se presentaron durante el año pasado.

Comerciantes del parque expresaron que han sufrido robos en sus negocios de locales que les fueron entregados tras la renovación del Jardín. Fue necesario que el Ayuntamiento de Guadalajara les diera tablones para poder cubrir el acceso a sus puestos luego de que se suscitaran los hurtos.

Según datos de Seguridad Map, en promedio, se registra un delito al mes en el área. Esta tendencia se ha mantenido incluso después de que se entregaran las obras de renovación del parque en diciembre pasado. Los robos a personas, negocios, vehículos y autopartes, así como las lesiones dolosas son los delitos más comunes en la zona.

Los locatarios señalaron que el Jardín Botánico es un punto de reunión para personas en situación de calle quienes, con frecuencia, tratan de pernoctar en el área designada para puestos. Además, utilizan dicho espacio como baños durante la noche. Reclamaron que, aunque hay vigilancia policiaca por las mañanas, esta disminuye durante la tarde, por lo que la zona se vuelve insegura al ocultarse el Sol. “Esta gente, por lo general, anda drogada o alcoholizada. Llega un momento en que de la nada se tornan agresivos”, señaló Jésica García, una de las locatarias.

En un recorrido que realizó este medio, se corroboró que en el parque hay personas que consumen bebidas alcohólicas y estupefacientes a plena luz del día.

“(Son) groseros y violentos. Sale uno a descansar y le gritan cosas”, contó Ana María Olea, quien desde hace un mes frecuenta la zona porque su esposo está en el Hospital Civil.

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