Fue en el túnel que conecta a las estaciones Dermatológico y Periférico Norte del Tren Ligero donde uno de los trenes quedó varado debido a la inundación que provocó la tormenta ocurrida este domingo por la tarde, dentro de él viajaban 90 personas, entre las que se encontraban varios niños y adultos mayores.Alicia Sandoval, una joven que labora en “Salam Beach” un bar ubicado en el número 3270 de la Calzada Federalismo salió a observar lo que ocurría pues comenzó a ver que la gente se asomaba por el alambrado hacia el desnivel, cuando se percató que las personas dentro del tren pedía auxilio para salir de él.“¡Se están ahogando!”, comenzó a gritar Alicia, cuando Luis, Óscar, Mauricio y Gerardo decidieron lanzarse para ayudar a las personas y que estas no se ahogaran dentro de la unidad. “Brincamos la cerca, del muro de contención al tren y de ahí al agua para sacar a la gente”, explicó Luis Gómez, encargado de seguridad del bar.Los jóvenes pedían cuerdas a la gente que los observaba desde afuera para poder trasladar a las personas del vagón que se hallaba inmerso en el agua hacia el que sobresalía a la superficie, sin embargo a Alicia se le ocurrió una idea mejor: utilizar los inflables de ballena y las tablas de surf con las que dan ambientación de playa al lugar.“Me subí a las mesas para bajar las ballenas y se las aventé , a una señora que iba pasando le dije ¡venga! y se las iba pasando y ella las iba pasando a ellos, luego se me ocurrió que también podían utilizar las tablas de surf”, contó la joven, quien en un inicio temió a que la fueran a regañar por usar dicha decoración”.La gente se encontraban nerviosa, los niños lloraban, mientras tanto los cuatro jóvenes, acompañados de otras tres personas que se sumaron al apoyo, hacían lo posible por trasladar de un vagón a otro a las personas y así sacarlos a la superficie. “Lo primero que vimos fue a niños y personas de la tercera edad, yo tengo dos hijos, entonces pensé si un día mis hijos están en esa posición quisera que alguien los pudiera ayudar y por eso sin pensarlo nos metimos para ver en qué podíamos ayudar”, contó Mauricio Covarrubias.“Había un claustrofóbico, lo tuvimos que sacar amarrado a una tabla de surf por lo mismo, hubo una bebita de unos cinco meses que la tuvimos que sacar flotando en una mochila cuidando que no se moviera. Los niños gritando era lo más frustrante y empezábamos a entrar en desesperación (...) lo más desesperante era cuando nos pegábamos a la pared y sentíamos el choque eléctrico porque se sentía la tensión de la electricidad, yo decía Dios mío a lo mejor aquí quedo pero échame todas las fuerzas”, dijo Mauricio.Luego de aproximadamente media hora de trabajo, todas las personas fueron puestas a salvo y comenzaron a escucharse los aplausos, 10 minutos después de haber concluido arribó una unidad de Protección Civil y varias patrullas.Juan, el dueño del lugar, confesó que al principio se molestó pues a través de redes sociales comenzó a ver las imágenes en las que los jóvenes llevan consigo los inflables pensando en que los habían utilizado para jugar. “Ya luego empecé a ver más a fondo toda la situación y ahí entendí que lo habían hecho por ayudar, son buenos muchachos”, dijo.Para Mauricio, ayudar a las personas lo hizo sentir muy bien, los aplausos hicieron que su piel se erizara “Ahorita tengo mucho frío pero me siento bien de haber ayudado”, dijo al momento de la entrevista con la camisa y los pantalones todavía húmedos. La verdad lo hicimos sin esperar ningún reconocimiento, fue la acción en el momento y aquí estamos”, agregó por su parte Gerardo Granados, gerente de Salam Beach.JA
