Viernes, 26 de Abril 2024

Expertos ven despropósito en “ley antichanclazos”; atribuyen fines políticos

Coinciden en que las modificaciones legislativas sólo traerán más confusión para los padres de familia

Por: Sergio Blanco

Consideran que el propósito de la ley era atraer los reflectores, algo que logró. EL INFORMADOR/ARCHIVO

Consideran que el propósito de la ley era atraer los reflectores, algo que logró. EL INFORMADOR/ARCHIVO

Las modificaciones a la ley para sancionar con cárcel a los padres o tutores que utilicen el castigo corporal severo o innecesario como correctivo para sus hijos es un “despropósito”, coincidieron especialistas consultados sobre los fines y alcances de la “ley antichanclazos”, aprobada el jueves por el Congreso.

Justificaron que el castigo corporal severo o innecesario, de hecho ya es sancionado por la ley bajo el nombre de maltrato infantil. “Esta serie de modificaciones me parece que son inútiles, hay tanto que hacer a favor de la infancia, como un presupuesto para la salud, educación, y viene a meter esto que ya está contemplado como delito y con sanciones a los malos tratos”, advirtió Ricardo Fletes Corona, académico de la UdeG.

Aclaró que está totalmente de acuerdo en que se sancione a cualquier persona que maltrate a un menor de edad, pero la corrección por una nalgada no se puede considerar así, pues es un asunto más privado de la educación de los padres hacia los hijos. “Ahí habrá mucha dificultad para probar que el castigo no se lo merecía el hijo o que el cachetadón era un exceso”.

Presumió que el propósito de esta ley era atraer los reflectores. “La infancia vende, me parece que es un afán de buscar un tema que puede redituar en una buena imagen, presencia en la discusión y quizá en eso el gobernador acertó muy bien”.

Alfonso Ibarra, académico de la Univa, coincidió en que son de poca utilidad las reformas. “La ley es un despropósito a todas luces, está causando ámpula, yo tenía antecedentes de la propuesta del gobernador, pero no creí que fuera a pasar porque está exagerada, porque ya existen suficientes mecanismos legales de protección a los menores”.

Recordó que los padres o tutores tienen la facultad de corrección sobre sus hijos. “Es inclusive bíblico. En todas las culturas y sistemas se ha reconocido este derecho de los padres a la corrección, y es necesario mientras no se llegue a lesiones”.

Anticipó que esta medida además provocará que se mueva todo el aparato de justicia para investigar la intensidad de una nalgada, desde peritos forenses, ministerios públicos, policías investigadores y jueces, y así determinar si amerita o no sanción y cuánta. Incluso, confundirá a las nuevas generaciones de padres, quienes preferirán no corregir a sus hijos por temor a la cárcel.

En lugar de esta reforma, dijo, se deben fortalecer los mecanismos de vigilancia para garantizar que no exista el maltrato infantil, por ejemplo, al promover entre los maestros que identifiquen las señales de abuso y las denuncien. “La única justificación que encuentro en esto es desvío de la opinión pública o factores electorales, por ahí debe ir”.

Álvaro Ruvalcaba Ascencio, académico de la UdeG, consideró que la ley sí fue pertinente, pues no se les quita el derecho a los padres a la corrección, pero sí a detenerse ante el maltrato. “La situación actual dice que somos una sociedad muy violenta, los castigos tan severos que cometen padres o padrastros”.

Ante esta situación, las reformas ayudan a dejar claro que cualquier castigo severo debe ser sancionado. “Es nuestra obligación educar a los hijos, pero por medio de los ejemplos”.

JM

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