Tubos metálicos, de plástico o estructuras de concreto, colocados como bolardos en calles y banquetas se han convertido en parte habitual del paisaje urbano en la ciudad y proliferan sin una regulación unificada con las especificaciones técnicas que deben cumplir. El director del Instituto Metropolitano de Planeación (Imeplan), Mario Silva Rodríguez, anunció el año pasado que integrarían un grupo de trabajo con los ayuntamientos y autoridades estatales para generar una norma técnica que definiría los lineamientos de colocación de estas estructuras y buscar que cumplan su función de protección al peatón y ciclistas. También se planteó hacer un mapeo del mobiliario en el Sistema de Información y Gestión Metropolitana (SigMetro) para conocer cuántos hay en la ciudad y el estado en el que se encuentran.A un año del anuncio no hay avance en el tema. El área de Comunicación Social del Imeplan informó que será hasta que se conforme la Agencia Metropolitana de Infraestructura para la Movilidad que retomen el plan de elaborar la norma técnica para unificar los criterios de instalación de bolardos en la ciudad. Sobre el tema, la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP) reportó que no existe un reglamento o norma técnica para la colocación de los bolardos. En respuesta a una solicitud de transparencia, la Dirección General de Proyectos de Ingeniería de la SIOP detalló que siguen algunas especificaciones respecto a este tipo de equipamiento en obras estatales. Especificó que deben tener una altura entre 75 y 90 centímetros, un diámetro mínimo de 10 centímetros y que van anclados al suelo. Su diseño debe ser redondeado, sin aristas y con colores que contrasten con el pavimento y facilite su visibilidad en horas nocturnas. Entre cada bolardo, además, debe haber una distancia mínima de metro y medio. La dependencia añadió que no está obligada a hacer un inventario de las estructuras de este tipo colocadas en obras públicas.
