Si creemos que la violencia creciente en el futbol mexicano es un problema de unos cuantos inadaptados que se soluciona con una respuesta policial, punitiva y prohibicionista, se repetirá lo ocurrido el sábado entre el partido del Atlas VS Querétaro. Contra esa creencia surgió Salvemos al Futbol, una asociación de especialistas argentinos -un país con una historia dramática de violencia en el futbol-. El grupo de académicos y aficionados a este deporte, resumieron su trabajo de una década en el estudio: Diagnóstico y propuestas para la construcción de una seguridad deportiva en Argentina. Su diagnóstico y propuestas, que resumo y comparto de forma casi literal, bien podrían servir a nuestras autoridades. Diagnóstico. Hay un problema desde la forma misma de nombrar el problema. No hay «violentos» ni «violencia en el futbol» sino condiciones que favorecen la violencia en eventos futbolísticos. Por tanto, hay que abordar las condiciones que propician esa práctica. Factor histórico. En la cultura futbolística, el acento se pone en la búsqueda y exhibición de triunfos asociados al honor, la masculinidad y la identidad barrial-territorial. Llevamos la ética del juego como una cosa de caballeros a una cosa de hombres y machos. Medios. El periodismo deportivo debe reflexionar sobre afirmaciones proclives a los giros bélicos, la cizaña, la duda y la polémica para generar audiencia. El acento y revisión milimétrica de fallos arbitrales crean una forma judicial de ver el futbol. Sobre las propuestas: Institucionalizar. Hay que empadronar y darle voz a las barras, hacerlos parte del club. Los operativos de seguridad se basan en que el barrista es un irracional y todas las medidas (vallados, más policías, prohibiciones) parten de una hipótesis de conflicto. Si se trata a los hinchas como animales, dice el estudio, es de esperar que se comporten como animales. Reglas. Crear un Estatuto del Barrista en donde se definan sus obligaciones y derechos. Otra visión policial. Crear una fuerza de agentes desarmados y capacitados para actuar en espectáculos futbolísticos. Esto implicaría pasar de organizar un espectáculo de futbol para los espectadores y no para una mínima porción de violentos. Prevención digital. Analizar y regular páginas en Internet en donde se incite a la violencia previo a los partidos como ocurrió en el Querétaro VS Atlas. Cambio cultural. Campañas que demuestren en qué medida todos hacemos del futbol un espacio en donde, con el lenguaje u otras formas, las prácticas violentas son aceptadas. Sólo formamos parte de las soluciones cuando nos asumimos como parte del problema. Observatorio de medios. La creación de un observatorio que regule términos discriminatorios y retóricas irresponsables. Hasta ahora, los políticos y la clase dirigente de los clubes se han concentrado en la condena-castigo y la defensa del negocio. Pero nadie ha planteado una visión preventiva que nos involucre a todos. Nadie cuida aquello de lo que no se siente parte.
