La diputada local por el partido Movimiento Ciudadano, Mirza Flores, parece estar decidida a sacudirse las críticas que se le han hecho por algunos episodios en los que se ha visto envuelta.La semana pasada la comisión legislativa de Vigilancia que encabeza arrancó las mesas de discusión para la reforma 2.0 del Sistema Estatal Anticorrupción para cumplir así uno de los compromisos que hizo el Congreso con organizaciones de la sociedad civil para relanzar el combate contra la impunidad.La legisladora encabezó la apertura de este proceso de parlamento abierto haciendo caso omiso a la voces que la cuestionan e incluso piden sea relevada de la presidencia de esa comisión, cuya credibilidad pone en riesgo por las contradicciones en las que cayó cuando quiso explicar el origen de los boletos de primera fila de Los Lakers de Los Ángeles, cuando acompañó, entre otros, al gobernador Enrique Alfaro y al empresario Guillermo Romo, quien resultó el ganador de la licitación por más de 3 mil 600 millones de pesos para el programa “Refundación a Toda Máquina”, que está bajo sospecha y que investiga el propio Sistema Estatal Anticorrupción.Ignoró también esos reclamos el lunes pasado que escaló su activismo y lanzó delicadas acusaciones contra empleados de la Auditoría Superior del Estado de Jalisco (ASEJ) como parte de su argumentación para que la Junta de Coordinación Política del Congreso le autorice al menos 10 colaboradores más para su Comisión y poder investigar esos presuntos malos manejos en la ASEJ.Como se sabe, sin documentar ni denunciar formalmente, Flores aseguró que tiene casos detectados de auditores que trabajan en la ASEJ, pero también responden a los intereses de fiscalistas privados. Dijo además tener tres testimonios de dependencias que han sido auditadas, a las que los fiscalizadores de la Auditoría les han ofrecido hacer informes a modo. “Hay auditores que venden información, hay auditores que venden miedo, que venden terror y con esto lo usan para manipular a los entes auditables”, sentenció.Esas tramas de corrupción no son nuevas. Se supo de ellas durante más de una década que la ASEJ estuvo secuestrada y garantizaba impunidad a la clase política y gubernamental. Su premio era justamente ese. Usar de manera facciosa y como negocio la Auditoría.Esta denuncia prende focos rojos en una ASEJ que creíamos liberada desde enero de 2018 cuando llegó un auditor seleccionado no por el poder sino por el Comité de Participación Social del SAE, y en la que, a decir de la diputada, se siguen dando los vicios que la pudrieron.El auditor Jorge Ortiz y la diputada Flores están obligados a llegar hasta las últimas consecuencias en estos presuntos casos de corrupción. Veremos.jbarrera4r@gmail.com
